Daniel GALVALIZI

La unión de derechas devuelve poder al PP

El Partido Popular recupera el ayuntamiento de Madrid y pone fin a la era Carmena. Además, gracias a los votos de Ciudadanos y de Vox se hace con la alcaldía de Zaragoza y mantiene la de Málaga. Por contra, Sevilla, Valencia y Palma renuevan sus alcaldes con pactos de izquierdas.

El descalabro del PP en cantidad de votos se ha saldado con un mucho menos catastrófico resultado en conquista de poder gracias a la unión de las derechas. La fobia de Ciudadanos a pactar con el PSOE y la funcionalidad de Vox, que a pesar de los ataques de los liberales naranjas en los medios ha aceptado los pactos de pasillo, ha facilitado que los “populares” recuperen la capital del Estado. Desde ayer, el nuevo alcalde es José Martínez-Almeida, un abogado del Estado conocido por su capacidad oratoria y amante de trasladarse en moto.

Azote de las políticas de la ya exalcaldesa Manuela Carmena, Almeida fue elegido por Pablo Casado para dar la batalla en la ciudad más grande del Estado, icónica para la derecha, que la gobernó desde 1989 hasta que la confluencia de Podemos e independientes se la quitara en 2015.

El pacto también ha situado en lugar de vicealcaldesa a Begoña Villacís (C’s), gracias al inocultable –por más que lo intenten las huestes de Albert Rivera– soporte de la extrema derecha. De hecho, el portavoz en el Ayuntamiento y secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, dijo que su formación es parte del gobierno de la ciudad.

Por su parte, Carmena pidió «cuidar la democracia» en su discurso de salida. En los últimos días, los intentos de desmarque de los liberales con respecto a Vox daban aire a una posibilidad de que Carmena retuviera el cargo, para el cual fue votada por casi uno de cada tres madrileños. Pero la ambición de poder pudo más y se cerró un pacto del cual aún no se conoce el verdadero alcance. No se sabe qué consejerías obtendrá Vox pero se prevé que el PP ceda lo propio en cargos municipales (y de las poderosas Juntas de Distrito) para contentar a los ultras.

Las derechas habían obtenido en Madrid tan solo 53.000 votos más que los progresistas, aunque Carmena superó al segundo (PP) por siete puntos. A pesar de los intentos de Más Madrid de ungir a Villacís con sus votos para evitar que entrara Vox al Consistorio, la unión de las derechas acabó concretándose, con un ojo puesto en la negociación de la vaca sagrada del PP: la Comunidad de Madrid, que quintuplica el presupuesto del Ayuntamiento y que el partido de derechas gestiona desde hace un cuarto de siglo.

En cuanto al populoso “cinturón rojo” madrileño, que concentra casi la mitad de la población de la comunidad, el PSOE se ha hecho con Alcorcón y Parla (antes del PP) y con Pinto (antes de Podemos), y ha mantenido Móstoles, Fuenlabrada y Getafe, en tanto Unidas Podemos sólo logra retener Rivas.

En el resto de las principales ciudades del Estado los socialistas han mejorado su poder territorial, mientras que el PP, montado en el favor de Ciudadanos y Vox, ha resistido mejor de lo imaginado, pero queda muy lejos de su histórica conquista de 2011.

La tercera ciudad del Estado mantiene al mismo alcalde, Joan Ribó (Compromís), en un acuerdo que no ha carecido de dificultades en su negociación (que incluso llegó a romperse durante la semana) con PSOE y Unides Podem. Las otras dos capitales del País Valencià, Castelló y Alacant, han conservado también a sus regidores del PSOE y PP, respectivamente.

Sevilla vuelve a demostrar ser el gran bastión del PSOE, y Juan Espadas ha renovado como alcalde, en un gobierno en solitario sin necesidad de pactos, al no poder constituirse mayorías entre la oposición. Así como la capital andaluza ha sido fiel al PSOE, Málaga lo ha sido al PP, cuyo líder local, Francisco de la Torre, repite como alcalde (lo es hace 19 años), pero esta vez gracias al apoyo de Ciudadanos, formación que gestionará el Ayuntamiento de Granada en un acuerdo de último momento con el PP y Vox, que arrebatan el consistorio a los socialistas.

Tal vez la mayor derrota de la izquierda ha sido la cosechada en Zaragoza, cuya alcaldía pasa de Zaragoza En Común (una confluencia de Podemos) al PP, que vuelve después de 16 años. La pelea fratricida entre los sectores morados ha favorecido la alianza de las tres derechas, que ungieron ayer a Jorge Azcón.

Palma de Mallorca, por su parte, ha renovado el tripartito entre PSOE, Podemos y Més, con un acuerdo firmado ayer en el que establecieron un pacto de 150 puntos. Por otra parte, Coalición Canaria ha perdido por primera vez en cuarenta años el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a manos del PSOE, un partido que además logra retener Gran Canaria.

Un curiosidad es que Galicia, bastión histórico del PP, no le ha dado buenas noticias a nivel municipal: los conservadores no gobernarán ninguna de las principales siete ciudades gallegas, que serán del PSOE y de fuerzas nacionalistas. Por otra parte, y como muestra de su fallida elección, Podemos sólo ha logrado conservar la alcaldía en una capital del Estado: Cádiz. Zamora por su parte repetirá primer edil de Izquierda Unida.

Los pinchazos de las tres derechas han llegado de la mano de Burgos y Huesca: el número 3 del PP, Javier Maroto, ha anunciado que impulsará mociones de censura en ambas ciudades porque Vox y Ciudadanos «han incumplido su palabra» y han permitido gobiernos del PSOE.

La particularidad de la jornada también reside en que de los 8.131 ayuntamientos del Estado hubo tres que no se pudieron constituir: León y Segovia, por resultados impugnados, y la pequeña localidad de La Granja de la Costera (País Valencià), que deberá repetir elecciones.