Raimundo Fitero
DE REOJO

Bodorrio

Según dónde vivas, las despedidas de solteras y solteros son una plaga. Y las bodas, bautizos y comuniones una acumulación de gomina y laca. Pero hay una insistencia patológica en casarse, que es la única manera de poder divorciarse. ¿Se celebran los divorcios amigables? Creo que he escrito un oxímoron de principiante. Un negocio. Una boda es una inversión, un gasto extra y como tengas familia extensa y te inviten a las bodas, la ruina para quienes viven con un sueldo medio. Pero este fin de semana pasado hubo una boda que roza la indecencia, la exhibición de dinero, la cumbre máxima de lo hortera y la caspa. No me refiero a algunas coyundas municipales, que bien pudieran así describirse por la cantidad de prebostes partidistas que aparecieron y que le dieron una audiencia extrema a ese programa de la política espectáculo “Al Rojo Vivo”, que vive de esas circunstancias y que mantiene a unos tertulianos que causan acidez mental. Inda sigue siendo el amigo del alma de Ferreras.

La boda de un futbolista multimillonario y una presentadora que tal anda, en Sevilla, nada menos, con las connotaciones de bodorrios borbónicos que tiene esa ciudad, se ha retransmitido como noticia futbolística, como noticia del corazón y como muestrario de vestidos y trajes de ceremonia de nuevos ricos. Eso en su retransmisión central, porque cuando empiezan a enumerar a los peor vestidos o vestidas, entran ganas de acudir al diccionario de insultos para calificar.

Los gastos que han realizado Sergio Ramos y Pilar Rubio, no sé si compensará con lo que paguen o colaboren los invitados, pero es de una ostentación infame. Imagino que merece un análisis político en profundidad, porque se trata de una muestra fehaciente de la desigualdad absoluta. La policía acordonó la catedral para un bodorrio privado.