Ainara LERTXUNDI
BILBO
Interview
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ
MINISTRO CUBANO DE ECONOMÍA DURANTE EL PERIODO ESPECIAL

«Trump ha hecho retroceder la relación Cuba-EEUU a los peores momentos»

Ex ministro cubano de Economía, cargo que ocupó durante el Periodo Especial, y asesor del Centro de Estudios de la Economía Mundial de La Habana, José Luis Rodríguez ha visitado Euskal Herria para denunciar la Ley Helms-Burton y las sanciones de EEUU contra Cuba.

Ministro de Economía y Planificación durante el Periodo Especial, José Luis Rodríguez padeció en carne propia los efectos de esta dura etapa en la isla a principio de la década de los 90. Pasó largas horas explicando en la Asamblea Nacional y a pie de calle los fuertes recortes que tuvieron que adoptar para sobrevivir al derrumbe de la URSS y al bloqueo. Asesor del Centro de Estudios de la Economía Mundial de La Habana (CIEM), recibe a GARA en la sede de Euskadi-Cuba en Bilbo para analizar las nuevas restricciones de la Administración Trump, empezando por la reactivación del título III de la Ley Helms-Burton.

El restablecimiento de las relaciones con EEUU bajo el mandato de Barack Obama generó un «efecto de demostración». ¿Qué supuso para la economía?

Efectivamente, se produjo ese efecto demostración positivo en la medida en que se interpretó que Cuba iba hacia un proceso no solo de normalización sino de eliminación del bloqueo y que ello iba a abrir posibilidades al comercio e inversiones extranjeras. Eso es lo que explica la visita de François Hollande y Shinzo Abe, entre otros mandatarios extranjeros. Nunca habían estado un gobernante francés y mucho menos un primer ministro japonés en todos los años de existencia de la Revolución. La economía creció un 4,4% en 2015 y la productividad más del 6%. Fue un año muy bueno desde ese punto de vista. Lo cual demostró también el nivel de incidencia de las relaciones económicas con el exterior en la economía cubana, cosa que no nos favorece especialmente. En 2017 se creció un 1,8% y en 2018, 1,2%. El plan para este año es de un 1,5% y se espera que entre este año y 2021 los crecimientos se sitúen entre 1 y el 2% a partir de las restricciones externas y estructurales de la economía cubana, exacerbadas por el bloqueo de EEUU y también, de alguna manera, por la coyuntura recesiva de la economía internacional. Trump ha hecho retroceder prácticamente la relación Cuba-EEUU a los peores momentos de los últimos 20 años. Hay algo que no ha hecho todavía, pero que no es descartable que haga: la ruptura de relaciones con Cuba.

¿Qué impacto están teniendo las políticas de Trump ?

Lo primero que hizo Trump fue dar marcha atrás a todo lo que había acordado Obama. Y fue más lejos porque en setiembre de 2017 se argumentan unas misteriosas lesiones sónicas a diplomáticos norteamericanos, que fue el pretexto perfecto para retirar de Cuba el consulado de la Embajada. Hoy no se pueden obtener visas en Cuba para viajar a EEUU. Hay que viajar a México o Colombia, con lo que eso implica. Es un costo impagable para muchas personas. Y nuevamente se establecieron limitaciones para viajar por la parte norteamericana a Cuba. Están tratando de aislar a los dos países, igual que hizo George Bush en 2004. Lamentablemente, esta conducta ha sido replicada al calco por Canadá. De pronto fueron afectados por daños sónicos, que nadie ha podido demostrar qué cosa es ni se deja investigar el tema, porque Cuba no ha podido, por ejemplo, entrevistar a los afectados. Eso se utilizó como pretexto para retirar el Consulado canadiense a partir del 8 de mayo. Ahora hay que ir a México a sacar la visa. Es toda una política de ir cortando vínculos con Cuba de cualquier naturaleza. Muchos negocios, como los llamados paladares, montaban su cadena de suministros comprando en Miami. Esta gente viajaba dos-tres meses al año; si para cada viaje necesitas una visa, tienen que gastarse por lo menos 3.000 dólares en cada viaje a México, Colombia, Guyana... Está afectando a lo que se supone que querían promover: el sector privado.

El Tesoro ha prohibido los viajes en crucero a Cuba.

Hemos llegado a tener 800.000 cruceristas según cifras del año pasado. Este año iba por el mismo camino. Este señor ha volado en pedazos una licencia especial que tenían los cruceros para ir a Cuba porque no llegaron clandestinamente a la isla; había una autorización de la Secretaría del Tesoro autorizando estos viajes. Ha causado pérdidas a estos cruceros por todas las reservas que tenían vendidas y que ahora tienen que devolver el dinero. En algunos casos se han dado situaciones muy peculiares como la de un crucero que estaba viajando hacia Cuba cuando, de pronto, recibe la orden de que a partir del 5 de junio eso es ilegal y los han desembarcado en Cancún. Lo llamativo de todo esto es que la reacción de las compañías ha sido la de plegarse. Esto indica el nivel de terrorismo económico al que este señor está sometiendo a sus propias compañías. Todavía no ha cortado las líneas aéreas pero en cualquier momento podría hacerlo porque el objetivo es cercenar estos viajes.

¿Cómo están viviendo esta situación teniendo en cuenta que muchas familias tienen a varios miembros viviendo en EEUU, Canadá o México?

Tengo una hija que vive en Canadá. Mi esposa ha ido ahora porque tenía una visa múltiple, es decir, durante cinco años no tenía que habilitar el pasaporte, pero cuando se le termine eso no sé cómo haremos para que pueda viajar. Mi hija sí puede venir a Cuba pero mi mujer, una vez se le acabe la visa, tendría que viajar a México para sacarla y eso impone un gasto que no es fácil de asumir. Este señor no se puede parar en ninguna esquina a decir que está favoreciendo a las familias cubanas ni nada que se le parezca porque está torpedeándolo todo. Es una política de tierra arrasada en las relaciones de todo tipo. Ya hemos pasado por ahí, parece que no ha leído la historia. Hemos resistido etapas peores. Tendremos que hacerlo nuevamente.

¿Se corre el riesgo de entrar en un nuevo Periodo Especial?

No creo. Hoy día estamos en condiciones mucho mejores. En los primeros años del Periodo Especial, Cuba obtenía medio millón de toneladas de petróleo al año. Ahora extrae 3,5 millones, es decir, se cubre el consumo de electricidad con el petróleo que se saca nacionalmente. Eran medio millón de turistas. El año pasado hubo 4,7 millones, lo que está dando casi tres millones de dólares de entrada al país. Esto no quiere decir que no vayamos a tener dificultades mayores, pero no creo que vayamos a la catástrofe de aquellos años. Las relaciones económicas de los países se han diversificado. Al inicio del Periodo Especial se rompieron las relaciones económicas con Rusia. Hoy, esas relaciones son importantes para nosotros.

¿Qué secuelas dejó? ¿Hay temor entre la población?

Se puede demostrar académicamente y con datos que no estamos en aquella situación. No obstante, se ha advertido de que lo que hoy existe puede empeorar. Desde 1993 a 1997, comíamos por debajo del nivel de supervivencia: 1.800 kilocalorías, cuando el mínimo es 2.400; 46 gramos de proteínas cuando el mínimo es de 56. En 1993 hubo que empezar a repartir vitaminas. Yo mismo perdí 40 libras de peso entre 1991 y 1992. Teníamos que ir al trabajo en bicicleta. Hubo que inventar la comida que comíamos en aquellos años: bistec de toronja, fritura de cáscara de plátano. Y los que teníamos niños pequeños nos la veíamos negra en ese sentido. Hoy no estamos en ese punto. Alrededor del 25% de las familias cubanas reciben alguna remesa al año del exterior. Eso no existía hasta el año 93. En 1995 había 537 millones en remesas, ahora estamos hablando de 3.000 millones. Podrán bajar con las medidas de Trump pero siempre va a existir la vía informal; se demostró en 2004 y se va a volver a demostrar. Quien tiene familia en Cuba y sabe la situación que tenemos, no se va a quedar de brazos cruzados.

Mi esposa y yo decidimos que mientras se mantenga el pánico del pollo no vamos a comprarlo; no voy a hacer seis horas de cola o a comprarlo por la calle pagando cinco veces su precio. Comeremos sardinas u otra cosa. Pero eso existe. Es muy difícil de evitar el pánico, lo que hay que hacer es compensarlo con abastecimientos mayores, que es lo que se está haciendo.

Muchas de las cosas que queremos cambiar requieren dinero. Si no aparece el dinero, es muy difícil solo con la voluntad. La inversión extranjera está entrando pero a minidosis. Con todo esto, te podrás imaginar que invertir en Cuba al oído de un inversor extranjero suena terrible. Cuba tendrá que pagar ese riesgo como lo hicimos en los años 90 cuando hubo que reconocerles ventajas especiales a quienes invertían porque nadie invierte para perder dinero o correr un riesgo enorme frente a EEUU. Hay gente dispuesta a invertir pero tenemos que tener una política más flexible. Es una de las cosas que propongo.

¿Cómo se conjuga esa visión pragmática con la Revolución?

Hay empresas que trabajan por el sistema BOT (business operation transfer) en las que el 100% del capital es extranjero. Te pongo un ejemplo. La generación eléctrica en la Isla de la Juventud la hacía una empresa de capital totalmente extranjero. Una vez recuperado el capital y cierto nivel de ganancia, tiene que vendérsela otra vez al Estado. Hay muchas más empresas privadas operando así en Cuba. Habrá unas 30, de 245.

Al fenómeno Trump se le añade Jair Bolsonaro y su cruzada contra Cuba, obligando a la isla a retirar al personal médico que tenía en Brasil. ¿En qué situación están los médicos que optaron por no regresar?

Se han quedado colgados de la brocha porque no les han dado lo que les prometieron. Familiares de mi esposa estaban trabajando como médicos en Brasil. Hoy ella ya no ejerce como médico, es farmacéutica. Tiene un empleo pero es distinto. Cuba perdió entre 300 y 400 millones de dólares con esa cancelación. Pero el que está pagando las consecuencias mayores es el pueblo de Brasil porque los médicos cubanos no estaban en Sao Paulo o Río de Janeiro, estaban en lugares a los cuales no quieren ir los médicos brasileños. A Bolsonaro le importa un pepino lo que le ocurra a la población. Cree que puede gobernar a manotazos.

Todos estos procesos tienen su tiempo y las tendencias demuestran que no se perpetúan. Todos decían en los 90 que había desaparecido el socialismo; y el capitalismo, for ever. Y no fue así. En 1999 se rompió la costura con Venezuela; en 2006 con Bolivia, Ecuador; regímenes no socialistas pero sí progresistas en Argentina y Brasil.

Hay un retroceso pero no creo que haya una vuelta completa otra vez, la resistencia de Venezuela está demostrando eso. Maduro no se mantiene a base de una flota de cañonazos; la gente resiste porque sabe lo que va a perder, ha percibido los beneficios y los ha incorporado más allá de las opiniones que se tengan sobre la efectividad o gobernabilidad en Venezuela o Nicaragua. La tendencia no es ‘todos felices y contentos con el neoliberalismo’.