M.I.
DIEGO MARADONA

Cuando la caída interesa más que el auge deportivo

N adie duda de que Asif Kapadia es el rey actual del documental de montaje, con un absoluto dominio técnico que ya demostró en su obra maestra “Senna” (2010). Si supo contar la vida del piloto automovilístico brasileño de una forma equilibrada, en “Amy” (2015), a pesar de ganar el Óscar de la categoría, ya asomó su lado más sensacionalista a cuenta de la rápida y fulgurante autodestrucción de la cantante Amy Winehouse. Y ahora nos viene con “Diego Maradona” (2019), que aún si cabe va a justificar todavía más su incipiente fama de carroñero con el beneplácito del festival de Cannes que le rinde pleitesía.

A diferencia de Kusturica o de Marco Rissi, a Kapadia no le interesa un ápice el auge deportivo del futbolista argentino, sino únicamente su caída en desgracia. Por tal motivo despacha en cinco minutos toda su carrera argentina y en el Barça para centrarse de lleno en su carrera napolitana. Es un campo abonado para hablar de la Camorra y la financiación de su fichaje, y de la inyección de dinero negro que convertirá a un equipo modesto en campeón del Scudetto. Mientras tanto aparece en escena Carmine Giuliano, el camello que le proveía de sustancias ilegales y dopantes. La Iglesia maradoniana condena la película.