Mikel INSAUSTI
Crítico cinematográfico

Juguete prohibido

La sobpreprotección a la infancia no conoce límites, y en un país como los Estados Unidos donde no hay control de armas, sí se preocupan, por el contrario, de lo que se llevan a la boca los bebés y criaturas de menos de tres años. No soy experto en juguetes peligrosos y cierto es que un menor puede llegarse a atragantar con un minúsculo botón, pero que yo sepa nadie ha prohibido en las mercerías la venta de en apariencia tan inofensivo artículo. Las madres y los padres de los más peques deberán tener cuidado de ahora en adelante con los trabajos manuales que hacen sus niñas y niños en la guardería, no vaya a ser que resulten potencialmente mortales. Nunca me hubiera imaginado que sobre Forky, ese muñeco tan elemental y minimalista que la pequeña Bonnie de “Toy Story 4” construye con un tenedor de plástico, pesara una prohibición.

Cuando Disney ya había vendido 80.000 unidades ha sido retirado de las jugueterías, para así evitar que algún tierno infante se coma sus ojos saltones, que se le caen porque en teoría han sido mal pegados por su artesanal y virginal creadora. De las manos hechas con cordones y de los palitos de helado que sirven de pies no he oído decir nada. Se me ocurre que el matón del kindergarten podría clavarle uno de esos palitos en el ojo a otro niño o a otra niña, al disputarse el derecho a jugar un rato con el pobre Forky.