Rafa Valls le puso el broche de oro a todo el trabajo realizado por su equipo, un Movistar que partía en la prueba con más longevidad del calendario estatal como la escuadra a batir y que se mostró como la claramente dominadora en los kilómetros decisivos. De hecho, fue la encargada de echar abajo más de una escapada para hacerse con el triunfo final.

Y es que la carrera de Ordizia, fiel a lo que ha venido ocurriendo en anteriores ediciones, condensó unas cuantas escaramuzas, algunas de ellas en los primeros compases de la prueba. Tratando de eludir al férreo control de los líderes del pelotón, uno de los grupos que gozó de mayor continuidad estuvo encabezado por el portugués Joao Rodrigues, con Veloso y Serrano muy activos, amén de otros cuatro componentes.

Los escapados rodaron durante muchos kilómetros merced a su fructífera colaboración y, en cierto modo, a la parsimonia del gran grupo que, cuando forzó la máquina y se puso en modo persecución, logró alcanzarles. Después de tres horas de dura carrera a un circuito al que dieron cinco vueltas con otras tantas ascensiones al Alto de Abaltzisketa, Movistar, que había anunciado la baja de última hora del vencedor del Giro y principal favorito, Richard Carapaz, y Murias estrecharon vínculos atrás, al coincidir en el mismo objetivo.

Rodrigues insiste

Para la disputa del último giro se conformó el bloque de 30 corredores del que saldría el vencedor final de la 96ª edición de la tradicional prueba ciclista. Un combativo Joao Rodrigues volvió a poner en duda la validez del cartel de favoritos y lo intentó de nuevo a falta de 20 kilómetros para cruzar la línea de meta, acompañado de Rubén Fernández.

En un principio, el ataque pareció lo suficientemente consistente como para que ambos ciclistas se jugasen la victoria, pero el pelotón reaccionó a tiempo para abortar la afrenta cuando faltaban apenas diez kilómetros para la conclusión de la carrera.

Así las cosas, con un pelotón ya fatigado por el esfuerzo realizado en un recorrido rompepiernas, fue Rafa Valls quien se marchó en solitario al protagonizar un ataque decisivo a pocos kilómetros para el final.