El Ayuntamiento de Bilbo y Departamento de Seguridad de Lakua apuestan claramente por aumentar la presencia de efectivos policiales en la Aste Nagusia que se inicia el sábado. Las comparsas no lo ven con buenos ojos, pero la concejala de fiestas, Itziar Urtasun, les replicó el lunes que «la seguridad no se negocia», mientras que la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, aseguró ayer en una entrevista en Onda Vasca que «hay una mayoría de personas que ven con satisfacción esa presencia de los uniformados, porque eso les da una sensación de mayor seguridad».

«Indudablemente habrá gente que le moleste, seguramente también a las personas que piensan o tienen intención de delinquir también les moleste, pero el propósito de la Ertzaintza y de las policías locales es contribuir a que los espacios de fiesta sean más seguros», dijo.

En la entrevista, la responsable política de la Ertzaintza afirmó que, en comparación con el mismo periodo de 2018, las denuncias por agresiones sexistas o sexuales han bajado, pero «en época estival vamos a ver qué es lo que ocurre, hay que esperar porque todavía no ha concluido». Subrayó que «prácticamente todas las personas, algún caso todavía está siendo investigado, han sido detenidas, lo que es un dato favorable en cuanto al trabajo que está realizando la Ertzaintza en colaboración con las policías locales, y es un dato importante que nos revela una sociedad concienciada contra este tipo de conductas».

Beltrán de Heredia también se refirió a dos casos recientes en Bizkaia. Sobre la agresión sexual a una menor en un domicilio de Getxo por la que un detenido quedó libre con cargos y medidas cautelares, apuntó que «hay que ser cautos con la información porque se trata de una menor» y «a veces se hurga en la vida de estas personas».

En cuanto a la violación múltiple del Parque Etxebarria de Bilbo, señaló que «sigue abierto, se sigue investigando, y se trata, sobre todo, de obtener pruebas que sean irrefutables», y luego «el juez tomará las decisiones que tenga que tomar, en virtud de las pruebas que se aporten».

Por su parte, el alcalde de Bilbo, Juan Mari Aburto, pidió a la Policía Municipal que realice su labor con «contundencia» y sin el más mínimo «espacio para la impunidad», ya que la Policía es «un instrumento de coerción» y «el poder coercitivo debe usarse cuando alguien tiene malas ideas». Lo hizo en la bienvenida a 104 nuevos municipales.