GARA
ROMA

La UE desoye la llamada desesperada del Open Arms y el Ocean Viking

Ningún país de la UE ha atendido la desesperada llamada de los barcos Open Arms y Ocean Viking para el desembarco de las más de 500 personas rescatadas. Bruselas se escuda en que no puede hacer más si los socios no plantean una solución.

La Comisión Europea insistió ayer en que no puede hacer más por las personas rescatadas en el Mediterráneo por los barcos Open Arms y Ocean Viking, con 151 y 356 migrantes a bordo, respectivamente, mientras los países de la UE no respondan a su llamada a la solidaridad y propongan una solución para el desembarco o reubicación de estas personas vulnerables y con terribles signos de la violencia física y síquica padecida a su paso por Libia. Se limitó a decir que sigue de cerca esta crisis.

Ningún Estado miembro ha solicitado todavía al Ejecutivo comunitario que coordine estas labores ni se ha ofrecido a acoger a las 507 personas migrantes, y Bruselas recuerda que no tiene competencia para dictar dónde deben desembarcar los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo. Malta aceptó recibir a las 39 últimas personas rescatadas por el Open Arms, algo que para la ONG catalana homónima es inaceptable.

Open Arms arremetió contra la UE por el «abandono» que sufre tres 13 días frente a las costas de Lampedusa a la espera de que algún país le autorice a atracar en sus puertos, cerrados por Italia y Malta para las ONG que rescatan a personas en el Mediterráneo central, una de las rutas más peligrosas del mundo. «Es infame el silencio de Europa. La falta de humanidad y empatía les hace más culpables», reprochó la ONG catalana.

La misma petición lanzó el buque Ocean Viking, que el lunes rescató, en la cuarta operación en cuatro días, a 105 personas. Lleva ya a 356 personas a bordo, 103 de ellas menores y de ellos solo 11 acompañados.

Rumbo al norte

Este barco, operado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée dejó ayer las aguas internacionales frente a Libia y puso rumbo hacia el norte para acercarse a las aguas jurisdiccionales de Italia y Malta a la espera de que se le designe un puerto seguro.

El Ocean Viking, que aún puede aguantar unos días sin atracar, estableció comunicación con ambos países, los más próximos cuyos puertos sí consideran seguros. Malta respondió que los rescates se habían producido fuera de sus aguas territoriales e Italia no ha contestado, más allá de las palabras de su titular de Interior, Matteo Salvini, que amenaza con apresar cualquier navío humanitario con migran- tes que atraque en su país.

Salvini instó ayer al barco de Open Arms a poner rumbo a España y dijo que no cederá. Desde Madrid, el Gobierno en funciones respondió que «lo más sensato» es que el barco se dirija a un puerto italiano.

Respecto al Ocean Viking, declaró que «Libia ha mostrado su disponibilidad a ofrecer un puerto de desembarco», a pesar de que este país africano, en guerra desde 2011, no es considerado un puerto seguro por numerosos entes internacionales. Esa opción fue rechazada por considerarla contraria al derecho internacional.

SOS Mediterranée recordó que ellos nunca entran en aguas territoriales de un país sin autorización y dijo confiar en la «inteligencia» de los países europeos para ponerse de acuerdo sobre un mecanismo de reparto de inmigrantes.