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Brasil autoriza extraditar a uno de los autores de la matanza de Atocha

Uno de los autores de la matanza de la calle Atocha de Madrid en 1977, Carlos García Juliá, huido desde 1991, será extraditado al Estado español, donde aún le quedan algo más de diez años de pena por cumplir, tras la autorización del Tribunal Supremo de Brasil.

El Tribunal Supremo de Brasil ha autorizado la extradición al Estado español de Carlos García Juliá, condenado por participar en la matanza de la calle Atocha de Madrid en 1977 y que huyó en 1991 al ser dejado en libertad condicional.

Las autoridades brasileñas atienden así la petición del Gobierno español sobre la extradición de uno de los autores de la masacre en la que murieron tiroteados tres abogados laboralistas, un estudiante de Derecho y un administrativo.

García Juliá, quien cumplió 14 de los 193 años de prisión a los que fue condenado en 1980, se encontraba huido y fue arrestado en diciembre de 2018 en Sao Paulo, donde vivía bajo una falsa identidad venezolana.

La Audiencia Nacional había pedido al Gobierno que solicitara a las autoridades brasileñas la extradición de García Juliá por entender que la condena que le fue impuesta no ha prescrito y le quedan por cumplir 3.855 días de prisión, algo más de diez años. En una audiencia celebrada el martes la segunda sala del Tribunal Supremo de Brasil autorizó su extradición al considerar que se cumplían los requisitos necesarios, entre ellos la tipificación de los crímenes y la no configuración de un de un delito político. La fiscal general, Raquel Dodge, recomendó la extradición al «no verificar» que la petición realizada por las autoridades españolas «haya sido presentada con la finalidad de perseguir o castigar al extraditado por opiniones políticas».

El antiguo militante de Fuerza Nueva, que tenía 24 años cuando cometió la matanza, fue condenado en 1980 por cinco «asesinatos» consumados y cuatro en grado de tentativa en el despacho laboralista de Comisiones Obreras, en el número 55 de la calle Atocha de Madrid.

Su condena fue limitada al máximo de treinta años previsto entonces por las leyes españolas y en 1991 se le concedió la libertad condicional, lo que dio paso a la fuga.

Después obtuvo incluso autorización para viajar a Asunción y trabajar allí, con la condición de presentarse mensualmente en la Embajada española en Paraguay, pero desapareció.

Su última pista se perdió en Bolivia, donde vivió un tiempo y fue encarcelado por un delito relacionado con el narcotráfico. También estuvo huido en Chile, Argentina y Venezuela con falsas identidades.

Directamente a prisión

García Juliá ingresará directamente en prisión cuando se ejecute su entrega, para la que aún no hay fecha, según fuentes de la Audiencia Nacional.

Una vez en prisión, se deberá hacer una nueva liquidación de condena por parte de las autoridades penitenciarias que debe ser validada por la Audiencia Nacional, y sobre la que cabrá recurso por las partes. Ya el pasado mes de diciembre, cuando trascendió su detención, fuentes jurídicas apuntaron que García Juliá deberá, además, someterse a un nuevo juicio por quebrantamiento de condena.