GARA
SRINAGAR

Un Modi desafiante presume de su política de mano dura en Cachemira

Tras once días de suspensión de la autonomía política, de toque de queda e incomunicación total de todos los habitantes de Cachemira, el primer ministro indio, Narendra Modi, habló ayer en el aniversario de la independencia de su país. Sacó pecho, dijo estar orgulloso de su decisión y anunció que no habrá vuelta atrás.

En el Día de la Independencia de India, tras once días de silencio tras haber decidido suprimir el estatus especial de Cachemira, llenar de barricadas y alambres de espino la capital Srinagar y haber dejado sin conexión telefónica terrestre o celular y sin acceso a Internet a cuatro millones de cachemiríes, el primer ministro indio, Narendra Modi, salió a dar explicaciones.

En un tono desafiante, sacó pecho y se mostró orgulloso de haber suprimido la autonomía de Cachemira, «una anomalía que se ha acabado para siempre» y que dejará de ser un problema para una «India que es una sola e indivisible nación».

Tras la decisión de Modi, la región de Jammu y Cachemira se divide en dos territorios diferenciados, ambos gobernados directamente por Nueva Delhi y todo atisbo de autonomía política de esa región del Himalaya de mayoría musulmana, como la bandera o la Constitución propia, desaparece. Por otra parte, la prohibición para los foráneos a la hora de comprar tierras y optar a empleos públicos queda sin efecto, una decisión que para los cachemiríes podría cambiar la demografía y la cultura de la región y abriría las puertas a políticas de colonización similares a las que realizan los israelíes en Palestina.

Sueño de la derecha hindú

La decisión de Modi ha sido recibida como una amenaza existencial para la mayoría musulmana. Según declaró a "The Guardian" el destacado político cachemirí, Shah Daesal, detenido anteayer en el aeropuerto de Nueva Delhi, «es un insulto a la dignidad de nuestro pueblo, hace imposible un futuro para nosotros en India y solo nos deja la alternativa de la resistencia».

Pero para una gran mayoría de indios que apoyan a Modi, es una decisión (anular el artículo 370 de la Constitución, la autonomía de Cachemira) que tenía que haberse tomado hace décadas. Pero para ellos es mejor ahora que nunca. De hecho, es una vieja aspiración ideológica de la derecha hindú, los mentores ideológicos del partido BJP al que pertenece Modi, que ha venido preparando este golpe desde hace mucho tiempo.

Pakistán compara a Modi con Hitler, a su política con la «solución final» y promete darle una lección

Durante su visita en el marco de las celebraciones por el 72 aniversario de la independencia del Imperio Británico a Muzaffarabad, capital de la Cachemira administrada por Pakistán, el primer ministro, Imran Khan, amenazó con «darle una lección» a India y mostró su voluntad de «luchar hasta el final» en contra de las violaciones de los derechos de la disputada región.

En uno de los discursos más duros que se recuerdan, comparó la decisión india de suprimir el estatus especial de la Cachemira que controla con el nazismo y sugirió que era abrir las puertas a políticas de limpieza étnica, que comparó con la «solución final» de Hitler. «Hitler era un arrogante–declaró Khan– y la arrogancia de Modi no es diferente». Dio la voz de alarma ante la comunidad internacional sobre la ideología del hinduismo radical de Modi –que comparó con la del nazismo– y dijo que ha solicitado al Consejo de Seguridad de la ONU una reunión de emergencia.GARA