Jose Angel ORIA

La presión por el fuego amazónico lleva a Bolsonaro a mover tropas

Los incendios en la Amazonia han centrado estos días la atención mundial en Brasil, cuyo presidente echaba balones fuera hasta que ayer reconoció que evalúa movilizar al Ejército para combatir el fuego, bajo presión de los dirigentes del G7 y de las manifestaciones contra su Gobierno dentro y fuera de Brasil.

La región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71.497 focos de incendio detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83% superior a la del mismo periodo de 2018, según los datos del estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).

En medio de tan alarmantes números, la Fiscalía brasileña abrió diversas investigaciones sobre los incendios y, concretamente, en relación a un anuncio publicado en un periódico local del estado de Pará en el que se promovía el «Día del fuego». De acuerdo con relatos recogidos por las organizaciones medioambientalistas, decenas de productores rurales han provocado incendios en sus propiedades de forma coordinada en una muestra de apoyo a Bolsonaro.

La preocupación por el avance del fuego en esta cuenca, que atesora el 20% de las reservas de agua dulce del planeta, llevó al secretario general de la ONU, António Guterres, a hacer un llamamiento para proteger la Amazonia. El impacto de las humaredas preocupa a países vecinos. Perú decretó el jueves el estado de alerta.

Grupos ambientalistas llamaron ayer a movilizarse. El movimiento de Greta Thunberg, promotora de la lucha por el clima, convocó concentraciones frente a legaciones de Brasil. Las agencias informaron de movilizaciones en los estados español y francés, en Holanda, Alemania, Gran Bretaña... Incluso activistas indios mostraron sus mensajes a favor de salvar la Amazonia en Mumbai.

El Gobierno de Jair Bolsonaro ha enviado una circular a sus diplomáticos en el exterior para instarles a defender a Brasil frente a las críticas que ha recibido por el aumento de los incendios. También les pide presumir de supuestas credenciales en materia de medio ambiente.

Según diplomáticos contactados por la agencia Reuters, la presión a Brasil ha subido en los últimos días tras la difusión de imágenes de la selva en llamas. Los principales reproches han venido de líderes que se hallan en la cumbre del G7 en Biarritz.

La Amazonia es el bosque tropical más grande del mundo, con una superficie de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, un tesoro ecológico amenazado por la deforestación y los incendios. La cuenca del Amazonas (7,4 millones de km2) se extiende por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

El acuerdo comercial UE-Mercosur se tambalea

Los vastos incendios que consumen parte del mayor pulmón vegetal del planeta ponen en jaque el acuerdo comercial negociado durante 20 años por el Mercosur y la Unión Europea, anunciado hace unos dos meses.

El presidente galo, Emmanuel Macron, dijo ayer que Bolsonaro «mintió» sobre sus compromisos medioambientales, por lo que retira su apoyo al acuerdo con Mercosur y propone que este desastre sea debatido en la Cumbre del G7. Macron recibió el respaldo de Ángela Merkel, quien dijo que la situación en la Amazonia «es preocupante y amenaza no sólo a Brasil, sino al mundo entero». «De ningún modo Irlanda votará a favor del acuerdo UE-Mercosur si Brasil no cumple sus compromisos», avisa el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. El ministro de Finanzas finés, Mika Lintilä, desea prohibir importar carne de vacuno procedente de Brasil.

La situación preocupa ya a empresarios de Brasil. El país no termina de recuperar su economía y puede perder mercados si no garantiza que los alimentos que vende son «ecológicamente correctos», lo que figura en lo acordado entre Mercosur y la UE. GARA