Raimundo Fitero
DE REOJO

Trágala

Casi todos los seres humanos, individual o colectivamente ha debido pasar por algún trágala. Bella palabra. Viene de una canción que los liberales españoles les arrojaban a la cara a los absolutistas en el siglo diecinueve. Ahora el gran manitú de la pureza del bendito poder, Iglesias el irreconocible desde su ermita con piscina escribe a sus acólitos diciendo que no pasarán por el trágala que les quiere someter el adonis Sánchez, tan preocupado como está todo él en funciones para reunirse con Macron, la estrella local del akelarre del G7. Estamos apañados, en febrero del 2020 habrá gobierno del trifachito en Moncloa y Cayetana Álvarez de Toledo será ministra del espíritu nacional.

El trágala que están propiciando toda la derecha española con el silencio de demasiados cómplices es hacer de Barcelona el foco de la inseguridad ciudadana. Y lo han internacionalizado con el único objetivo de acabar con el turismo, atacar a la alcaldesa, interferir en el desarrollo de la vida cotidiana, dejar a los Mossos como unos incapaces y pedir, así lo ha hecho por escrito la portavoz de la banda de Casado, esa arrogante Cayetana en el Parlamento español, pidiendo se manden guardias civiles y policía nacional para solucionar el problema inventado. Hasta algunos han pedido que se aplique el 155 mágico y trágico, para solucionar lo que no existe. O lo que ha existido siempre, es decir carterista, delincuencia menor y broncas violentas de madrugada y que ahora se amplifica, se manipula en contra de la ciudadanía barcelonesa.

La extrema derecha siempre mienta la inseguridad para crear ambientes irrespirables donde aparecer como salvadores. Es una vieja táctica que les acostumbra a dar resultados electorales o que aumente la represión. Es una táctica de despiste criminal. Genera odios y soluciones urgentes con más represión.