Soledad GALIANA
DUBLÍN
LA DERIVA dEL BREXIT

Dublín reclama a Londres propuestas, no promesas

En Dublín, el primer ministro británico, Boris Johnson, exhibió las carencias de su estrategia para una salida negociada de la Unión Europea frente al premier irlandés Leo Varadkar.

El primer ministro británico, Boris Johnson, llegó a Dublín en su primera visita oficial desde que accediera al cargo como jefe del Ejecutivo de Londres con la preocupación de las dimisiones de su gabinete, que se incrementaron con el abandono de Amber Rudd el pasado sábado.

En la nota de prensa emitida tras su dimisión, Rudd apuntó al desinterés de Johnson en alcanzar un acuerdo para la salida de la Unión Europea, mientras que el esfuerzo en las preparaciones para un Brexit duro (sin acuerdo) representaba un 90% en las actividades del Gobierno de Johnson.

Así pues, pocos o nadie esperaba sorpresas durante la conferencia de prensa. La actitud de Johnson hacia el Gobierno de Dublín, ni el impacto que un Brexit sin acuerdo pudiera tener en la sociedad y economía irlandesas, ni el proceso de paz en el norte de Irlanda están entre sus prioridades. Ya desde el principio de su mandato se hizo patente el desprecio de Johnson hacia su homólogo irlandés, cuando se supo que, durante su etapa como ministro de Asuntos Exteriores en el Gobierno de Theresa May, comentó sobre el primer ministro irlandés Leo Varadkar: «¿Por qué no se llama Murphy como todos los demás?», en una clara ofensa no ya contra los orígenes indios del primer ministro irlandés, sino hacia todos los irlandeses.

Johnson fue y es consciente del daño inmenso del Brexit a la economía irlandesa, y durante los últimos dos años sus aliados han apuntado a Dublín como el obstáculo para un Brexit exitoso. Johnson luego retrasó su primera visita a Dublín durante semanas, a pesar de los históricos nexos de unión, para bien y para mal, entre ambos estados.

Aunque Varadkar pareció querer tender una mano a Johnson durante su visita a Dublín, fue realista en sus declaraciones y no dudo en advertirle de la necesidad de que exista un acuerdo de salida con la Unión Europea, porque «no es posible una ruptura limpia», y que el Gobierno británico tendría que encontrar respuestas a los mismos problemas que encuentra ahora para alcanzar un acuerdo con la UE. El primer ministro irlandés recordó a Johnson que organizar acuerdos comerciales con los Estados Unidos y otros gobiernos sería una «tarea hercúlea» y que la relación con el resto de estados miembros de la UE dependería sobremanera de cómo se produzca la salida de Gran Bretaña de las instituciones europeas.

Si bien Johnson admitió que un Brexit duro sería «un fracaso de la político de la que todos seríamos responsables», Varadkar apuntó a la falta de propuestas británicas para la consecución de un acuerdo y que Irlanda no estaba preparada para aceptar el reemplazo de una «garantía legal con una promesa».

«Evitar el regreso a una frontera dura es la prioridad de este Gobierno», dijo Varadkar. «Estamos abiertos a todas las alternativas legalmente viables, pero no las hemos recibido hasta la fecha», añadió.

Los corresponsales de los diarios irlandeses no tuvieron piedad con Johnson, que pareció desconcertado y evitó contestar a varias preguntas, como aquellas referidas a su conocimiento sobre la realidad de la frontera que divide a Irlanda, que no ha visitado en el pasado cuando era ministro de Exteriores ni ahora como primer ministro británico.

Johnson dijo tener «una gran cantidad de propuestas» para resolver el respaldo. Pero, a menos que se esté moviendo hacia la aprobación de un estatuto especial exclusivo para Irlanda del Norte (que es posible, aunque contaría con la oposición de los unionistas del DUP), sus comentarios sobre querer preservar la economía de toda Irlanda mientras evita los controles fronterizos no tienen ninguna base real, como apuntó el que fuera secretario de Estado para Irlanda del Norte, Lord Peter Hain, y uno de los defensores de la posibilidad de un segundo referéndum: «Boris Johnson afirmó hoy tener una ‘abundancia’ de nuevas propuestas sobre cómo evitar una frontera dura en Irlanda, pero una vez más no puede nombrar ninguna». «La realidad es clara: Johnson no tiene intención de tratar de llegar a un acuerdo», afirmó Hain.

Antes de cerrar, Westminster pide documentos confidenciales y recibe la dimisión de Bercow

El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, anunció ayer que dimitirá el próximo 31 de diciembre. Emocionado, en un discurso ante los diputados, Bercow afirmó que, en el caso de que el Parlamento votara a favor de convocar unas elecciones anticipadas, como pretendía el primer ministro, Boris Johnson, abandonaría sus responsabilidades cuando queden suspendidas las cámaras.

«Si la Cámara vota esta noche por unas elecciones anticipadas, mi periodo como presidente y diputado concluirá cuando se cierre el ciclo parlamentario», indicó Bercow. «Si la Cámara no vota (por unas elecciones), he decidido que lo menos disruptivo y más democrático sería que dimita al término de la sesión del jueves 31 de octubre», añadió.

Tras anunciar su dimisión, Bercow recibió una ovación y los diputados de las bancadas de la oposición se pusieron en pie, pero solo unos pocos conservadores hicieron lo mismo. A pesar de proceder de las filas tories, Bercow ha sido criticado por los partidarios del Brexit que le acusan de haber facilitado en diversas ocasiones que se desafiaran las convenciones parlamentarias para proponer leyes que iban en contra de los intereses del Gobierno. De hecho el Partido Conservador ya había avanzado que en las próximas elecciones generales presentarán un candidato alternativo a Bercow para presidir la Cámara.

El anuncio llegó antes de otra votación en la que era previsible una nueva derrota de Johnson, con el rechazo, por segunda vez, del adelanto electoral que proponía el primer ministro, que necesitaba para ello el respaldo de dos tercios de la cámara. La oposición ya vetó una propuesta similar la semana pasada.

A la vez, los parlamentarios advirtieron con dureza al Ejecutivo sobre la posibilidad de que intente eludir la ley que entró en vigor ayer y que bloque un Brexit sin acuerdo.

Previamente, el Gobierno sufrió un revés más. El Parlamento aprobó una propuesta para obligar al Gobierno a publicar todos los documentos confidenciales sobre el Brexit. Los parlamentarios aprobaron una propuesta de Dominic Grieve, ahora diputado independiente tras ser expulsado las filas conservadoras, para garantizar la publicación de comunicaciones gubernamentales relacionadas con la suspensión del Parlamento, así como todos los documentos relacionados con la Operación Yellowhammer, el plan de contingencia de Gobierno para un Brexit sin acuerdo, compartido con los ministros desde el 23 de julio, en el que se mencionan problemas de abastecimiento de alimentos, medicinas y combustible.

Grieve defendió que su difusión es «completamente razonable para que la Cámara pueda comprender los riesgos involucrados y esto se pueda comunicar más ampliamente al público». El Gobierno, por su parte, calificó la propuesta de «desproporcionada y sin precedentes.

Poco después, el Parlamento debía suspender su actividad hasta mediados de octubre, conforme a la propuesta del Gobierno. La suspensión más larga de la historia reciente de Gran Bretaña concluirá el 14 de octubre, a poco más de dos semanas de la fecha fijada para el Brexit. Los parlamentarios no podrán volver a votar un eventual adelanto electoral hasta esa fecha, lo que supone los comicios no tendrían lugar antes de noviembre.GARA

Con la sanción de la reina, entra en vigor la ley que bloquea un Brexit sin acuerdo

La reina Isabel promulgó ayer la ley aprobada la semana pasada por el Parlamento para bloquear que Gran Bretaña salga de la UE sin ningún tipo de acuerdo el próximo 31 de octubre. La Cámara de los Lores dieron el viernes el visto bueno definitivo al texto que previamente había sido aprobado por la Cámara de los Comunes, y que pide al Gobierno que solicite una prórroga del Brexit si no logra la ratificación de un acuerdo o un permiso del Parlamento para sacar a Gran Bretaña sin un pacto.GARA