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VALENCIA

Majarenas escuchó por teléfono la agresión a Izar tras ser amenazada

Sara Majarenas testificó ayer por videoconferencia desde Donostia en el juicio que se celebra estos días en Valencia, narrando el terrible momento en que su hija Izar fue apuñalada. Pudo oír su grito por teléfono, ya que el acusado, que admite los hechos, atacó a la niña mientras hablaba con ella, que estaba presa en la cárcel de Picassent.

Stytianos Messinezis, el hombre acusado de intentar acabar con la vida de Izar para el que se piden 30 años de cárcel, 37 de alejamiento y la privación de la patria potestad, pensó que había matado a su hija en enero de 2017. Así se lo comunicó a la Policía Local de Benifaió, la localidad valenciana en que ocurrieron los hechos, y al padre de Sara Majarenas, Tomás, a quien telefoneó mientras iba a comisaría. Por suerte, los agentes que se desplazaron a la vivienda en la que se produjo la agresión localizaron con vida a la pequeña de dos años, que padece secuelas físicas y sicológicas.

Estas secuelas fueron narradas por Sara Majarenas en la primera sesión de la vista oral, celebrada ayer en Valencia, donde intervino la exprisionera vasca por videoconferencia desde Donostia. Relató que escuchó el ataque contra su hija desde el otro lado del teléfono, dado que el hombre, tras amenazarla, fue a la habitación contigua y apuñaló a Izar sin haber cortado la comunicación. Trató de tranquilizarlo, pero no consiguió impedir la agresión. Y en consecuencia tuvo que oír el grito de dolor de la pequeña desde el teléfono. «Hubo un silencio. Decía algo de ‘se está muriendo, se está muriendo’», explicó.

Tras Majarenas, que se distanció de la que había sido su pareja durante seis años a causa de sus actitudes violentas, declararon sus padres, Tomás y Kontxi, también por videoconferencia. El primero indicó que había tenido desavenencias con el acusado en las Navidades anteriores al ataque. A ellas se refirió el imputado en su declaración inicial, en la que admitió la agresión, si bien eludió cualquier tipo de detalles, escudándose en que no los recuerda.

Admisión de los hechos

El acusado, que se sienta en el banquillo por apuñalar a Izar en uno de los fines de semana que pasaba con ella fuera de la cárcel mientras la madre estaba encerrada en Picassent, únicamente respondió a las preguntas de su abogado y no quiso contestar a las de las acusaciones, incluida la Fiscalía. Por ello y por la desmemoria que dice sufrir sobre los hechos, su testimonio resultó muy breve. Messinezis se limitó a reconocer el ataque y a manifestar que estaba arrepentido.

Cabe señalar que en un momento del interrogatorio al acusado, excarcelado el pasado mes de febrero, la defensa intentó introducir el elemento de la condena por pertenencia a ETA de Sara Majarenas, aparentemente con intención de desviar la atención o tratar de minimizar de algún modo la gravedad del ataque. Sin embargo, el tribunal lo impidió recordando que no se juzga a la expresa.

La vista oral sigue hoy con las declaraciones de los peritos, antes de que las partes presenten los informes finales. Se prevé que el juicio concluya mañana.

 

Sostienen que el acusado quería hacer daño a la madre

En declaraciones a NAIZ Irratia, Aiert Larrarte, abogado de Sara Majarenas e Izar, destacó que en la sesión de ayer pusieron sobre la mesa el hecho de que el acusado trató de acabar con la vida de una niña indefensa para hacer daño a su expareja, que estaba prisionera en Picassent cuando se produjo la agresión, en enero del año 2017.

Larrarte se mostró satisfecho con el desarrollo de la primera sesión del juicio y remarcó que las tesis de la acusación salieron «reforzadas». GARA