Dabid LAZKANOITURBURU
ERRÁTICA POLÍTICA ESTADOUNIDENSE EN ORIENTE MEDIO

Trump da una de cal y otra de arena a Erdogan en el norte de Siria

Tras confirmar el inicio de la retirada final de Siria con un «ya es hora de salir de ridículas y tribales guerras sin fin». el presidente de EEUU advirtió a su homólogo turco que «no sobrepase los límites» de su anunciada ofensiva militar contra los kurdos. Entre un anuncio y otro, la resistencia de la Administración de EEUU a salir de Rojava.

Las tropas estadounidenses desplegadas en el norte de Siria comenzaron ayer a retirarse de sectores próximos a la frontera con Turquía, abriendo la vía a una ofensiva militar de Ankara contra las fuerzas kurdas, aliadas hasta ahora de Washington en la guerra al Estado Islámico.

Tras rechazar durante los últimos meses una nueva ofensiva contra Rojava (kurdistán occidental) y resistirse y sortear las presiones del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la Casa Blanca anunció que «Turquía va a comenzar pronto su largamente anunciada operación en el norte de Siria», controlado por las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG)), que Ankara considera una filial siria de la guerrilla del PKK.

«Las fuerzas americanas no se implicarán en la operación y, tras haber vencido al califato territorial del Estado islámico, se harán a un lado».

El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó en la mañana de ayer, vía Twiter, su giro y su traición a los kurdos. «Es hora de que nos retiremos de estas ridículas guerras sin fin, muchas de ellas tribales, y devolver a nuestros soldados a casa» señaló, para añadir en un segundo mensaje con mayúsculas que «lucharemos donde sea por nuestro beneficio y solo lucharemos para ganar. Turquía, Europa, Siria, Irán, Irak, Rusia y los kurdos tendrán que solucionar la situación, y ver qué quieren hacer con los combatientes capturados por el Estado Islámico en su vecindario», zanjó.

Su homólogo turco y presidente de un aliado estratégico de la OTAN, Recep Tayyip Erdogan, anunció el inicio de la ofensiva «en cualquier momento y sin previo aviso».

No obstante, Erdogan recibía ya entrada la tarde un nuevo jarro de agua fría a través de otro tuit de Trump, quien puso límites a esa anunciada ofensiva contra el Kurdistán sirio.

«Como dije antes, y solo para reiterar, si Turquía hace algo que yo, en mi gran e inigualable sabiduría, considero que está fuera de los límites, destruiré y aniquilaré totalmente la economía de Turquía», advirtió, para añadir que «¡Lo he hecho antes!», en referencia al desplome de la lira turca, que en agosto perdió un 25 % de su valor después de que EEUU convirtiera la liberación del misionero Andrew Brunson en una causa diplomática.

«Un pequeño repliegue»

Un alto responsable estadounidense se adelantó a esta advertencia de Trump a Erdogan y limitó el alcance de la retirada. «Lo que estamos haciendo es retirar a algunos soldados desplegados en la frontera; un pequeño número y en una pequeña distancia. Por lo demás, nuestra posición militar no ha cambiado en el noreste de Siria».

No es la primera vez que el propio Trump ve cómo su Administración minimiza sus grandilocuentes mensajes. Ya hace un año, el inquilino de la Casa Blanca anunció la retirada de Siria y fue obligado a desdecirse y aplazarla.

Es un secreto a voces la resistencia del Departamento de Estado y del Pentágono a una retirada del país árabe, amenazado aún por el ISIS, abandonando a su suerte a los kurdos.

El Pentágono se desmarca

El Pentágono advirtió de que ni apoyan ni colaborarán en modo alguno con este ataque.

«El Departamento de Defensa ha dejado claro a Turquía, igual que el presidente, que no apoyamos la operación turca. Las Fuerzas Armadas de EEUU no apoyarán ni participarán en tal operación», explicó un portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman. Así, el secretario de Defensa, Mark Esper, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, informaron a «sus respectivos homólogos turcos de que esa acción unilateral supone un riesgo para Turquía», según Hoffman. El Pentágono advirtió a Ankara de «las posibles consecuencias desestabilizadoras de las potenciales acciones de Turquía para la región y más allá».

Un alto cargo del Departamento de Estado reiteró que EEUU no apoya la ofensiva siria «en forma alguna (...) Es una idea muy mala», apuntó en declaraciones a la prensa bajo condición de anonimato.

Influyentes republicanos exigieron a Trump que diera marcha atrás. El senador Lindsey Graham augura que su decisión «garantiza el retorno del ISIS» y que «el abandono de los kurdos será una mancha imborrable en el honor de América».

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó que el Ejército estadounidense solo se ha retirado por ahora de sus posiciones claves en Ras al Ain y Tal Abyad hacia una base militar situada entre estos dos sectores, que serían los eventuales objetivos de la ofensiva turca. Por de pronto, las fuerzas kurdas han excavado trincheras y túneles en estos dos enclaves, así como en los alrededores de la ciudad de Kobani, en previsión de un asalto.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que integran a las YPG y a fuerzas árabes y siriacas opositoras, advierten de que una operación turca provocaría un resurgir del ISIS y «anularía años de combates exitosos». Por contra, los jefes yihadistas podrían salir de sus escondrijos en el desierto. Todo ello sin olvidar que la ofensiva amenazaría las prisiones y campos donde las FDS retienen a miles de yihadistas y a sus familias.

Turquía, acusada de haber insuflado aire al yihadismo en Siria a conveniencia, asegura ahora que en ningún caso dejará resurgir al ISIS.

Ankara ha lanzado hasta ahora dos operaciones en suelo sirio, la primera oficialmente contra el ISIS –en realidad contra los kurdos– y la segunda con la invasión en 2018 del cantón kurdo occidental de Afrin.

Erdogan, que no oculta sus planes de utilizar los territorios que aspira a arrebatar a los kurdos para ubicar a los 4 millones de sirios refugiados en Turquía, aseguró la semana pasada que estaba al borde de la impaciencia por la resistencia de EEUU a «cederle» una «zona de seguridad» en Rojava.

Moscú también marca límites a los planes de Ankara

El Kremlin reclamó ayer a Turquía que respete su compromiso con la integridad territorial de Siria.

«El Kremlin está al tanto del compromiso de Turquía con el postulado sobre la integridad territorial y política de Siria (...) y es muy importante evitar cualquier paso que pueda generar obstáculos a una solución de la crisis siria», advirtió el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov.

«Sabemos que están emergiendo posibilidades (de arreglo del conflicto) y, aunque sabemos que es un camino muy largo y complicado, el Comité Constitucional se ha finalizado y la fecha de una reunión está ya acordada» para el 30 de octubre, recalcó, defendiendo la labor de mediación.

Peskov detalló además que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no ha abordado con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, los planes de Ankara para una operación, si bien recordó que ambos países mantienen «contactos regulares» a nivel militar.

Eso sí, añadió que el Kremlin «está al tanto y acepta las acciones de Turquía para garantizar su propia seguridad, en referencia a «la lucha contra terroristas que puedan estar escondiéndose en territorio sirio». GARA