Iñaki IRIONDO
POSIBLE VENTA DE LA RED DE TELECOMUNICACIONES DE EUSKALTEL

48 MINUTOS DE AGOSTO PARA MALVENDER LA RED A EUSKALTEL

A dieciséis personas, componentes de la Comisión de Hacienda del Parlamento de Gasteiz, les bastaron 48 minutos de un 13 de agosto de 2012 para vender la red de telecomunicaciones pública a Euskaltel por 68 millones. Un precio que ahora hace sudar.

El 13 de agosto de 2012 hacía sol en una Gasteiz que por esas fechas queda desierta, una vez pasadas ya las fiestas. A las 11 de la mañana la temperatura se acercaba a los 28 grados, según los datos históricos que guarda AEMET. Los Juegos Olímpicos de Londres habían acabado el día anterior. El contexto era el menos adecuado para tomar decisiones políticas trascendentales, pero en el Parlamento autonómico estaba convocada, por trámite de urgencia, una reunión de la Comisión de Economía, Hacienda y Presupuestos, con un único punto en el orden del día: «Debate y resolución de las propuestas de modificación presentadas a la solicitud de autorización para la transmisión a Euskaltel SA de la red de telecomunicaciones e infraestructura excedentaria y para la venta de las acciones de Euskaltel SA propiedad de la Administración de la Comunidad Autónoma de Euskadi».

Traducido, malvender a Euskaltel la red de telecomunicaciones de fibra óptica y cable coaxial que el Gobierno de Lakua había desplegado con el dinero de todos por Araba, Bizkaia y Gipuzkoa (más de 1.000 kilómetros) a cambio de un paquete de acciones de la compañía telefónica, que después la Administración pondría también a la venta.

Dieciocho parlamentarios

Los grupos fueron capaces de reunir a dieciocho parlamentarios y parlamentarias en agosto, mes tradicionalmente vacacional y además inhábil en la Cámara, para poder celebrar la urgente reunión de la Comisión de Economía, de 11.04 a 11.52 de la mañana, cuando el Gobierno de Patxi López estaba a punto de llegar a su fin por agotamiento y presto a convocar elecciones para octubre.

De los dieciocho, todos menos Juanjo Agirrezabala, de EA, y Dani Maeztu, de Aralar, dieron su aprobación a vender por 68 millones de euros la red de telecomunicaciones a Euskaltel. Hubo en aquella comisión quien como la portavoz del PSE, Txaro Sarasua, llegó a decir que esa red, por separado, valía «muy poco». Anton Damborenea, del PP, aseguró que «el porcentaje que dispone el Gobierno Vasco en Euskaltel, en fin, vale para lo que vale, y el valor que tiene puede ser más bien simbólico». El jeltzale Rikardo Gatzagaetxebarria –que a la postre sería quién acabara cobrando el cheque de esa operación como consejero de Hacienda del siguiente Gobierno, presidido por Iñigo Urkullu– bendecía la operación, considerando que los números eran los adecuados e insistiendo en que «se garantizará, valga el juego de palabras, que los centros de decisión sigan siendo de Euskaltel en Euskadi».

Agirrezabala y Maeztu insistieron en que se estaban privatizando bienes públicos a un precio muy bajo y con el riesgo de que –como ha ocurrido finalmente– «un inversor ajeno a la sociedad vasca se haga con el control de Euskaltel». Pero los 16 votos de PSE, PP y PNV rechazaron sus alegaciones y dieron vía libre a los planes de Patxi López.

Una vieja pretensión

Como EH Bildu adelantó en junio en el Parlamento, ahora ha sido noticia que Zegona, que controla Euskaltel, baraja vender la red de telecomunicaciones. Pero en realidad, se trata de una vieja pretensión que el todavía presidente de la telefónica, Alberto García Erauzkin, ya manejaba hace unos años.

Y entre los partidos que aprobaron aquella venta por 68 millones, hay ahora un temor que les hace sudar como si fuera agosto. Que el precio actual demuestre que propiciaron un inmenso pelotazo privado.