Josu MONTERO
Escritor y crítico

Handke

Aquel que se enfrenta a quienes han escogido para sí el papel de buenos es estigmatizado para los restos. Peter Handke osó escribir “Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Saba, Morava y Drina o Justicia para Serbia”, donde defendía al pueblo serbio de los bombardeos del Imperio USA-OTAN . Y le cayó la del pulpo.

Hay que decir que Handke es un escritor discreto, silencioso y alejado del “mundillo” como pocos. Pues ha sido concederle el Nobel y caerle de nuevo todo tipo de desprecios y rechazos de instituciones, países y afamadísimos escritores. Parecen olvidar que alguien puede ser un escritor sublime y un tipo despreciable al mismo tiempo. Pero en absoluto además es este el caso. En 1999 Handke publicó el drama “El viaje en canoa”, uno de cuyos personajes es un coro de Bienechores Internacionales, que dice cosas como: «De esta guerra solo se puede hablar como hemos hablado nosotros. Otro lenguaje de la guerra distinto a este nuestro es un escarnio a las víctimas. Nosotros escribimos la historia y la historia necesita de nuevo culpa, miserables, reparación y corazones inmisericordes».

Desde sus primeras obras, en los años 60, uno de los ejes de su literatura es la denuncia de cómo «esa única horda económica y moral» se ha apropiado del lenguaje, del discurso, pero también ha usurpado el tiempo despojándonos de él. «El tiempo actual es estúpido y despótico. El tiempo, tal y como nosotros lo vivimos, ya no es nuestro tiempo. Es preciso sacudirnos la costra del tiempo de la utilidad».

Por eso es preciso leer a Handke, porque «una lentitud tierna» es el tiempo de sus libros.