La vida parece tranquila cuando te despiertas en lugares como Seia, en Portugal. Mientras, cerca, muy cerca, la vida arde. El Festival Cine Eco Seia propone a sus habitantes que reflexionen en torno al audiovisual y a la sostenibilidad entendida de modo poliédrico. Para ello todo el pueblo es partícipe y colabora. El cine se vive, las películas y los temas que plantean forman parte de las tertulias, es casi un milagro lo que aquí sucede gracias a las redes “reales”. Durante estos días muchas han sido las temáticas abordadas por este peculiar encuentro que reúne a cineastas de todo el mundo, entre ellas destaca la política energética insostenible que se extiende por el mundo con efectos devastadores.

Unido a este estado de la cuestión hemos podido ver documentales que registran las luchas de aldeas contra grandes corporaciones o viajes en torno a las propuestas que David Thoreau escribió en “Walden”.

En un mundo cambiante no existe lugar para aquellos oficios ligados a lo ancestral, no hay lugar para los pastores idealistas en Holanda, pero sí para japoneses que buscan el elixir de la vida eterna en el mar.

Los movimientos populares reclamando derechos básicos para la subsistencia de un planeta, la idea de seguir resistiendo, ha sido la base de la programación de este festival en tiempos convulsos. Resistiremos.