Agencia France-Presse
REFORMA MONETARIA DEL GOBIERNO CUBANO

El regreso del dólar a Cuba, en cinco claves

Desde el pasado lunes, los ciudadanos cubanos pueden abrir cuentas en dólares, y en otras divisas, en los bancos locales destinadas a comprar, sobre todo, electrodomésticos. Esta medida debería permitir a Cuba recuperar el nivel de divisas necesario para hacer frente al endurecimiento del embargo estadounidense.

La reforma monetaria que ha entrado en vigor autoriza el pago en ciertos establecimientos comerciales en euros, yenes, pesos mexicanos y otras divisas, pero la llegada del dólar estadounidense, prohibido en la isla desde 1993, es la medida más potente simbólicamente, que además llega en un momento de gran tensión entre La Habana y Washington.

Pago con tarjeta. A partir de finales de este mes de octubre, una red de tiendas estatales estará autorizada para recibir dólares y otras monedas extranjeras en las operaciones de venta de productos con gran demanda de importaciones: electrodomésticos, piezas de automóvil, patinetes eléctricos...

El pago debe ser realizado con tarjetas de débito alimentadas gracias a transferencias desde el extranjero o desde otras cuentas en divisas extranjeras exentas de impuestos.

Los cubanos –particulares o empresarios privados (13% de la fuerza de trabajo)– también podrán pedir la importación de algunos bienes específicos a través de las empresas estatales, siempre pagando con tarjeta.

Necesidad de divisas. El objetivo del Gobierno de Miguel Díaz-Canel es aumentar el nivel de divisas en un momento en el que la Administración de Donald Trump multiplica las sanciones en su contra, penalizando el turismo, las inversiones, el envío de dinero hacia la isla por parte de los expatriados y la importación de carburantes.

«El país necesita divisas para financiar su desarrollo económico y social», explicó el ministro de Economía, Alejandro Gil.

El Gobierno del Partido Comunista de Cuba (PCC) también intenta evitar la fuga de cientos de millones de dólares al año a través de los particulares que viajan para hacer ese tipo de compras a Panamá o México.

Según la consultora privada Auge, solo en la zona duty-free de Colón, en Panamá, los cubanos han gastado este año de media «20 millones de dólares al mes».

Con el dinero que recoja gracias a esta reforma, el Gobierno espera acabar con la falta de liquidez que sufre su economía, pagar en plazo a sus proveedores y adquirir los productos que necesita el país.

Doble beneficio. «Es probable que, a corto plazo, observemos efectos positivos» provocados por esta medida, opina el economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Cali (Colombia). Los bancos estatales podrán reforzar su liquidez en dólares y otras divisas, y el Gobierno garantizará un suministro de productos generalmente escasos en el comercio minorista sin tener que gastar divisas en ello.

Al mismo tiempo, los ciudadanos cubanos tendrán acceso a productos de consumo que hasta ahora solo hallaban en el extranjero o en el mercado negro.

Auténtica-falsa dolarización de la economía. El ministro de Economía niega cualquier tipo de dolarización de la economía de Cuba, que ya echó mano de la divisa estadounidense entre 1993 y 2004 para afrontar la grave crisis de los años 90.

Gil incide en el hecho de que las dos monedas nacionales –el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC, equivalente a 24 CUP)– permanecen en circulación y que el comercio en dólares se realizará únicamente por vía electrónica.

Pero algunos economistas consultados por AFP subrayan que un proceso de dolarización no depende del soporte utilizado, sino de que el dólar reemplace de facto a las divisas locales para ciertas funciones.

«Por tanto, autorizar operaciones con divisas en ciertos mercados de consumo y ciertos sectores industriales es abrir la caja de Pandora hacia una redolarización acelerada del resto de la economía», advierte Vidal.

La unificación monetaria. Según el ministro de Economía, esta medida no detendrá el proceso de unificación de las dos monedas nacionales, previsto desde 2013, sino que colocará al país en «las mejores condiciones» para lograr ese objetivo gracias a una industria y un comercio minorista que se verán reforzados.

La doble moneda supone un problema para Cuba ya que, al asignar un tipo de cambio preferencial al sector estatal, puede dar una imagen falsa de su economía.

Para Pavel Vidal, la introducción de divisas extranjeras «empuja a la economía a operar, ya no con dos, sino con tres monedas... o más». Al final, «la redolarización anunciada anula (el proyecto de) la unificación de las monedas».