EDITORIALA
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Continúa la lucha contra las grandes superficies

Vecinos de Hondarribia han creado una plataforma contra el proyecto de construcción de un gran centro comercial en las afueras de la localidad, en Zaldunborda. En su presentación, denunciaron el impacto negativo que tendrá una gran superficie de este tipo en el comercio tradicional de las localidades limítrofes. Al mismo tiempo alertaron de que los puestos de trabajo que crearán serán precarios, y subrayaron el tremendo aumento en la movilidad que provocará un proyecto de este tipo, algo totalmente contraproducente con la necesidad de tomar medidas que frenen la emergencia climática.

La Ley 10/2019, aprobada en junio por el Parlamento de Gasteiz y que limita la superficie comercial máxima en consonancia con las directrices europeas, debería haber terminado definitivamente con estos macroproyectos, pero todo indica que el camino será largo. El comercio tradicional lleva años sufriendo el impacto que la posición de dominio del mercado de las grandes superficies provoca en el entorno. Su modelo de concentración de servicios permite obtener grandes plusvalías de terrenos improductivos; con su sola presencia succiona el valor del comercio tradicional, destruye puestos de trabajo y desvaloriza los locales en los pueblos, hasta dejarlos desiertos. Es un tipo de comercio depredador, pero más grave resulta que no haya voluntad política de ponerle freno. En el pleno monográfico de finales de octubre, el Parlamento exigió al Gobierno que frene el proyecto Zaldunborda. Vista la escasa voluntad, ya se ha creado una plataforma ciudadana.

La crisis del comercio tradicional no se debe solamente a las grandes superficies. Nuevos retos, como el auge del comercio electrónico, amenazan su futuro. Hacer frente a esos desafíos es algo que no se puede improvisar. El monográfico de la Cámara de Gasteiz dejó un buen número de resoluciones para que las amenazas se conviertan en oportunidades. Queda por ver cuántas se concretan.