Mikel INSAUSTI
VENTAJAS DE VIAJAR EN TREN

Viaje ferroviario a la locura con algún que otro transbordo

El cortometrajista Aritz Moreno, que codirigió con Telmo Esnal la pieza “¿Por qué te vas?” (2010) y en solitario “Portal mortal” (2004), “Cotton Candy” (2008), “Bucle” (2011) y “Cólera” (2013), se pasa al largo con un proyecto suicida, de esos tan arriesgados que o te sale bien y te quedas con todo el mundo o te pegas la gran torta. De entrada se atreve con la novela de Antonio Orejudo Utrilla, que a decir de sus lectores y lectoras es imposible de adaptar.

Al tratarse de una ópera prima deliberadamente provocativa, y que ha sido pensada para que no pase desapercibida absolutamente a nadie, lo que está ocurriendo es que está generando tantas filias como fobias, porque en ningún caso deja indiferente. Están quienes defienden que es una obra anárquica, caótica y profundamente libre y sorprendente, y por el contrario una parte del público que se siente estafada, en la convicción de que lo que ha visto es un puro desvarío y una monumental tomadura de pelo.

Desde que empezara su andadura en el festival de Sitges, con una acogida favorable habida cuenta de sus contenidos transgresores, “Ventajas de viajar en tren” (2019) está dando mucho que hablar, tanto en cuanto que es una muestra de una sociedad enferma y enloquecida, dentro de la cual el ser humano, ya sea individual o colectivamente, es capaz de lo mejor y de lo peor. De ahí que el catálogo de miserias, manías, fetiches y monstruosidades que presenta resulte de lo más variado y excéntrico. Son muchas historias paralelas que se van entrecruzando, y que tienen a Ernesto Alterio en el rol de un siquiátra que relata a la mujer que vuelve de ingresar a su marido en la clínica donde este trabaja el caso de un paciente obsesionado con la basura, y que será interpretado por Luis Tosar.