Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

Las cuentas disparan su tendencia al alza

El Eibar prevé esta temporada un beneficio récord de 20 millones pero por primera vez echa mano de los ingresos extraordinarios.

Es la noticia de todos los años por estas fechas, cuando el Eibar hace públicas sus cuentas en vísperas de su Junta General de Accionistas: números de récord para la entidad azulgrana. En el presupuesto para la temporada 19/20 son los ingresos, tanto ordinarios como extraordinarios, los que alcanzan un volumen nunca visto antes (73 millones de euros en total), lo que también permitirá al Eibar cerrar el ejercicio con un beneficio récord de veinte millones.

Pero. Porque en esta ocasión hay un pero y eso también es noticia, en unas cuentas siempre inmaculadas. Por primera vez desde que el Eibar regresó a Primera, el Consejo de Administración, que desde hace dos años es el que tiene la potestad para aprobar los presupuestos, ha echado mano de los ingresos extraordinarios para cubrir los gastos. La cantidad es mínima, casi ridícula –no alcanza los 50.000 euros en un presupuesto de casi 53 millones–, y además es más que probable que, cuando se cierre el ejercicio, las entradas ordinarias alcancen de sobra porque en Ipurua las previsiones siempre se elaboran calculando los gastos al máximo y los ingresos al mínimo. En definitiva, que es un detalle insignificante en lo económico.

Pero en el plano simbólico, supone acabar con la política si no del déficit cero ya que las cuentas siguen siendo positivas, sí con la de no sobrepasar en gasto los ingresos ordinarios, uno de los principales motivos de orgullo de la entidad y sus dirigentes. Cabría preguntarse si, en caso de que la discusión y aprobación de los presupuestos siguiera en manos de la Junta, el Consejo habría presentado estos números o si habría preferido limar un tanto la previsión de gastos para evitar la ruptura de una norma no escrita pero de la que se ha hecho estandarte.

Es, en cualquier caso, un detalle más sentimental que objetivo. Porque los números vuelven a resplandecer, tanto en lo concierniente al balance del último ejercicio como al presupuesto del actual.

Beneficio duplicado

Lo más llamativo de las cuentas que el Consejo presentará a sus accionistas es que la temporada 18/19 se ha cerrado con un beneficio muy superior al presupuestado. Las previsiones apuntaron a un beneficio de 5’11 millones y finalmente ha sido de 13’7 (11’75 tras impuestos).

Esta diferencia se ha debido, por un lado, a una contención del gasto, aunque no haya sido voluntaria en todos los casos. Por ejemplo, el retraso que han acumulado las obras de Ipurua han ralentizado también los pagos, con lo que algunos de los que debían haberse realizado el curso pasado tendrán que abonarse en el actual. La subida en los ingresos ha sido aún más importante. Sobre todo en lo que se refiere a los derechos televisivos, que con la liquidación de final de temporada acabaron siendo 2’6 millones más altos de lo previsto. También por los ingresos extraordinarios, en los que a la venta de Capa se unió la de Alejo, lo que casi se duplicaron los tres millones previstos inicialmente.

Es precisamente en ese apartado donde el Eibar dará su mayor salto esta temporada. Las ventas de Joan Jordán y Rubén Peña y la compraventa de Marc Cucurella han elevado los ingresos extraordinarios, hasta superar los veinte millones de euros, con lo que prácticamente duplica el que había sido su mejor verano en lo económico –el de 2017, cuando la venta de Florian Lejeune al Newcastle le reportó más de diez millones –.

Los ingresos ordinarios prácticamente se mantienen, aunque el Consejo de Administración ha tirado muy por lo bajo: los 46’7 previstos por derechos televisivos, menos de lo que acabó ingresando la temporada pasada, crecerán con la liquidación y también es lógico pensar en un incremento en los ingresos deportivos, en los que se ha presupuestado una cifra similar a la última, teniendo en cuenta que el aforo completo de Ipurua ya está disponible.

Si se ha realizado una previsión más optimista de los ingresos por comercialización y publicidad. La entrada de BOJ entre los patrocinadores principales del primer equipo o el cambio de las equipaciones deportivas a Joma invita a aumentar esa partida en un 17% para alcanzar una cifra nunca vista antes en Ipurua, 4’65 millones, y que además los dirigentes azulgranas esperan aumentar en breve.

Entre los gastos, junto a una partida de cuatro millones para obras, destaca el coste de la plantilla. Crece en números absolutos (37’69 millones) pero también proporcionales: se lleva ya el 71% de los ingresos.

 

La caja a tope pese a las grandes obras

Tras haber dosificado las pequeñas reservas de la caja fuerte durante las cuatro temporadas en Segunda B, el Eibar regresó al fútbol profesional con los bolsillos vacíos pero sin una sola deuda. Seis años después de que volviera, afortunadamente de manera efímera, a Segunda A, la lista de acreedores de la entidad sigue siendo inexistente y además bolsillos, hucha y cartillas de ahorro no dan más de sí. Sólo en el último ejercicio los activos del club han crecido un 25% para alcanzar los 73’6 millones de euros.

De hecho, cuando concluyan los dos grandes proyectos del club, la renovación de Ipurua y la construcción de la Ciudad Deportiva de Areitio, el Eibar los habrá pagado sin tener que endeudarse y con escasísima ayuda institucional, y tendrá todavía un confortable colchón económico.

La inversión total en la renovación de Ipurua, que comenzó con la reconstrucción de la Tribuna Norte en 2015 y concluirá en 2020 con la inauguración del nuevo anexo, se eleva a los veinte millones de euros. Pero entre lo que ya se ha pagado y las subvenciones que quedan por recibir –un millón del Gobierno Vasco y unos 300.000 euros de la Diputación–, al Eibar sólo le faltan por pagar siete. Se le sumarán los 16 en los que se presupuestó la Ciudad Deportiva, lo que da un total de 23 millones.

Bien, pues el Eibar cuenta ahora mismo con algo más de 40 millones entre inversiones a corto y largo plazo y efectivo, a lo que hay que añadir los veinte millones de beneficio con los que se saldará el presente ejercicio. Es decir, pagadas las obras, el club tendrá aún más de treinta millones de euros en caja. A.U.L.

 

Una apuesta costosa por la renovación de la plantilla

Como es habitual, los sueldos y salarios de la plantilla deportiva suponen la parte del león en el capítulo de gastos. Y con la tendencia inflacionista del mercado, esa parte no deja de crecer.

El Eibar no es una excepción. No es sólo que el coste de la plantilla esta temporada vaya a cuadruplicar al de su primera campaña en la categoría o que sea un 60% superior a la de la Liga 16/17, la que de momento ha conseguido la mejor clasificación del club en Primera. Es que crece más rápido que los ingresos que percibe la entidad. Su peso dentro de las cuentas es cada vez mayor: en la 15/16, sólo un 42% de los ingresos ordinarios se destinó a la plantilla, la temporada pasada fue un 59% y en la actual se irá hasta el 71%.

El salto este curso ha sido de cinco millones largos, para alcanzar los 37’69. Una cifra –que engloba salarios, amortizaciones, etcétera– a la que se ha llegado por la necesidad de rejuvenecer la plantilla. Algo que a día de hoy requiere una buena chequera, tanto para pagar cláusulas como para, en el caso de jugadores con la carta de libertad, imponerse a otros pretendientes.

La parte negativa es el riesgo que siempre encierran las apuestas a futuro y que el dinero invertido en todas estas operaciones –Expósito, Tejero, Olabe– se une a contratos previos que, en algunos casos, ya habían supuesto un salto importante para el club en su cuantía. La parte positiva es que no todo ese dinero está comprometido a futuro. El próximo 30 de junio expirarán varios contratos, incluyendo los de algunos de los jugadores más veteranos y mejor pagados de la plantilla. Y no todos seguirán vistiendo la camiseta azulgrana. A.U.L.