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BILBO

Los sindicatos del metal de Bizkaia compaginan huelga y negociación

Ocho años sin convenio y veinte meses de negociaciones infructuosas han dado lugar a una nueva convocatoria de huelga en el sector del metal de Bizkaia. No obstante, los sindicatos mantienen su apuesta por solucionar el conflicto en la mesa de negociaciones, advirtiendo a la patronal que «esta lucha conjunta va a ser hasta el final».

Tras el fracaso de las últimas reuniones de la mesa negociadora del convenio del metal de Bizkaia, mantenidas el lunes y el miércoles, ELA, CCOO, LAB, UGT, ESK, CGT, USO y CNT han convocado otros ocho días de huelga en el sector, entre el 28 de noviembre y el 19 de diciembre.

Las centrales consideran que la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) acudió a esos encuentros solo para «ganar tiempo», sin «voluntad negociadora» y, además, con una actitud «inaudita, intolerable e irresponsable».

En una comparecencia ante la prensa, que tuvo lugar ante la sede de la FVEM en Bilbao, donde instalaron una carpa informativa, los sindicatos anunciaron ayer, seis semanas después de la última jornada de huelga realizada, que volverán a parar en busca de «un convenio digno» los próximos días 28 y 29 de noviembre, y 4, 5, 12, 13, 18 y 19 de diciembre.

Sin respuestas

Los representantes sindicales señalaron que en el encuentro del miércoles en la sede del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) no se avanzó en ningún aspecto. Es más, Mikel Etxebarria (ELA) afirmó que ha sido «la peor» de las cuatro reuniones mantenidas desde la finalización de la anterior huelga y la calificó como «desagradable».

«En las anteriores citas no hubo apenas avances, pero después de las dos horas ayer (por el miércoles), y de presentarles cinco propuestas concretas, no hubo una sola respuesta mínimamente satisfactoria de la patronal», a la que acusó de limitarse a hacerse «el loco» ante los planteamientos sindicales.

Luis Mouliaa (CCOO) incidió en que, durante el tiempo transcurrido desde la última convocatoria de huelga, la patronal «ha tenido tiempo de traer a la mesa una actitud diferente pero, por desgracia, ha mantenido su postura inmovilista y no ha traído nada a los cuatro encuentros mantenidos, salvo una mínima oferta salarial». Explicó que, a las propuestas sindicales concretas, la FVEM «responde cosas como que no dispone de expertos en las materias o que necesita tiempo para responder a las propuestas, y eso ni es cierto ni es soportable cuando el sector lleva ya ocho años sin convenio».

Por ese motivo, Mouliaa remarcó que los sindicatos concluyeron que necesitaban «dar un golpe en este momento». «Llevamos 20 meses de negociaciones, desde febrero de 2018; todos los sindicatos han asumido que esta lucha era conjunta y la patronal debe tener claro que va a ser hasta el final», advirtió.

En este contexto, las centrales mantienen el calendario que plantearon la pasada semana para avanzar en las negociaciones, por lo que para hoy está prevista otra reunión con la patronal en la sede del CRL y se han preparado dos citas más, que tendrán lugar el martes y el jueves de la próxima semana.

Ayer, tras la acampada informativa ante la sede de la FVEM, en la plaza Euskadi, organizaron una manifestación, a partir de las 18.30, para trasladar sus reivindicaciones a la ciudadanía.

La patronal critica la actitud sindical «inamovible»

La Federación Vizcaína de Empresas del Metal calificó de «insensatez» la convocatoria de otras ocho jornadas de huelga antes de fin de año en demanda del convenio sectorial. En una nota, la patronal señaló que esta iniciativa sindical «dificulta en gran medida poder avanzar» hacia un convenio de eficacia general para todos los trabajadores del sector.

En contra de lo que le achaca la parte sindical, la FVEM volvió a asegurar que ha tenido una voluntad negociadora «en todo momento» y mostró su intención de seguir manteniendo abierta la negociación. Al mismo tiempo, criticó la actitud «inamovible» durante seis meses de la plataforma reivindicativa que los sindicatos presentaron el 10 de mayo. Según señaló, «los únicos cambios» que han hecho en ese tiempo han sido «insuficientes y regresivos», como «pasar de poder utilizar ETTs de siete a diez días y limitar la flexibilidad en función de la eventualidad del 12% en lugar del 10%». GARA