El submarino cargado de droga que se encontró el pasado fin de semana cerca de la costa gallega se fue a pique la tarde de ayer cuando trataban de remolcarlo hasta el puerto de Aldán. Al sumergible, de unos 20 metros de eslora y que fue reflotado y arrastrado por un remolcador y dos pesqueros, se le soltaron los arneses cuando se disponían a colocarlo sobre la rampa de acceso al puerto, aprovechando la pleamar. Se hundió hasta una profundidad de aproximadamente una decena de metros, complicando aún más la tarea de unos agentes policiales que ya se las prometían felices por poder acceder al interior e inspeccionar la carga: calculan que alrededor de 3.000 kilos de cocaína de gran pureza procedente de algún país latinoamericano (posiblemente Colombia, según los investigadores).

El narcosubmarino fue hallado el domingo medio hundido después de que sus tripulantes lo abandonaran por temor a que fueran descubiertos y la droga fuera apresada, según han difundido las autoridades. Anoche aún buscaban activamente a uno de los tres tripulantes, el único que continúa huido, ya que los otros dos fueron arrestados y próximamente pasarán a disposición judicial.

Este tipo de naves –que realmente, más que sumergidos, navegan a ras de la superficie– se utilizan desde hace décadas en Latinoamérica para transportar droga hacia Estados Unidos.