Ingo NIEBEL
COLONIA

Las bases del SPD optan por el cambio y agudizan la crisis interna

Las bases del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) han decidido que quieren el cambio en su Ejecutiva y quizás también en el Gobierno nacional. Sus futuros dos copresidentes podrían iniciar la salida de la formación de la Gran Coalición de la canciller Angela Merkel. Lo decidirá el congreso del SPD la próxima semana. Aunque el resultado es claro, el partido está dividido entre quienes optan por terminar la legislatura y los que quieren pasar a la oposición.

El SPD cerró pasadas las 18.00 de ayer una fase de incertidumbre para emprender un nuevo rumbo que le puede sacar de la crisis interna o llevarle al abismo. Solo el 54% de los 425.630 afiliados ejercieron su derecho a votar. Y el 53% de las papeletas válidas se inclinaron por el dúo formado por la parlamentaria federal Saskia Esken y el exministro de Hacienda de Renania del Norte-Westfalia Norbert Walter-Borjans. El 45% se decidió por la fórmula rival, la integrada por el vicecanciller y ministro de Hacienda, Olaf Scholz, y Klara Geywitz, quien este año perdió su escaño en el Parlamento regional de Brandenburgo.

Tras dar a conocer el resultado la copresidenta en funciones, la ministra presidenta de Renania del Palatinado, Malu Dreyer, los perdedores se apresuraron a reconocer su derrota y a llamar a la unidad del partido. No eran palabras vacías porque el SPD se encuentra ahora dividido entre los «continuistas» como Scholz y Geywitz, que quieren terminar en 2021 la legislatura con Angela Merkel de canciller y cuentan con el respaldo de una buena parte del grupo parlamentario en el Bundestag y del aparato de la formación.

Frente a ellos tienen a los «rupturistas», que podrían utilizar el congreso que comenzará el viernes en Berlín para ir abandonando la GroKo (Gran Coalición) con Merkel. Esta corriente, que vio con malos ojos la tercera edición de este bipartito en 2018, se vio reforzada por la elección de Walter-Borjans y Esken y podrá contar con el apoyo del Kevin Kühnert, el recién reelegido líder de la organización juvenil Socialistas Jóvenes, que aspira a ocupar una de vicepresidencias de la futura cúpula.

En su día, este sector se opuso tajantemente a que el SPD garantizara la mayoría absoluta del Ejecutivo de Merkel formando parte de él. Kühnert y buena parte de las bases preferían entonces pasar a la oposición para reformar su partido, que había salido diezmado tras dos bipartitos con una CDU cuya presidenta y la canciller había situado políticamente en un lugar propio de los socialdemócratas.

A partir de ahí se ha agudizado la crisis interna del SPD desgastando un líder tras otro. En primavera, Andrea Nahles fue la última en echar la toalla por las críticas recibidas tras las debacles electorales y ante la intriga que algunos correligionarios estaban tramando en su contra. A raíz de su renuncia, un triunvirato de copresidentes en funciones tomó las riendas y en junio abrió un ciclo de consultas internas para que las bases eligieran a sus futuros líderes. Se presentaron 17 candidatos en 23 conferencias regionales. En la primera vuelta el duo Scholz-Geywitz ganó por 3.500 votos de diferencia frente al formado por Walter-Borjans y Esken.

Ratificación en el congreso

La cuestión principal ahora será qué rumbo ideológico y político tomará el SPD. «El SPD es el partido para los que precisan de la solidaridad y para los que quieren dar esta solidaridad», señaló Walter-Borjans parafraseando al difunto presidente federal de la República, el socialdemócrata Johannes Rau. Antes de poder llenar estas palabras de contenido político él y Esken tienen que ser ratificados por el congreso para poder asumir legalmente el cargo.

El nuevo tándem no solo tiene una parte del partido en su contra sino también al electorado, que no olvida las aún vigentes reformas neoliberales de 2005. Un reciente sondeo otorga al SPD con 14 puntos porcentuales en intención de voto, uno por delante de la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD), y ambos compitiendo por ser la tercera fuerza. Los únicos que hoy por hoy podrían formar un Gobierno con mayoría absoluta serían la CDU, con una estimación del 27%, y los Verdes, con el 22%.

El ala ultra de la xenófoba AfD coloca el segundo copresidente

La xenófoba Alternativa para Alemania (AfD) renovó ayer su cúpula durante el congreso celebrado en Braunschweig. Los 600 delegados confirmaron a Jörg Meuthen como copresidente y eligieron a Trino Chrupalla, vinculado al ala más ultra del partido, como su nuevo compañero de liderazgo.

«Tenemos que estar preparados, Alemania nos necesita», señaló Mauthen, quien sostuvo que él no estará para un política ultraderechista. Igual de moderado se mostró Chrupalla, quien sucede a Alexander Gauland, que no optó a la reelección.

Chrupalla viene de Sajonia y procede de la CDU: «Al centro burgués llegamos con la razón. Con un lenguaje drástico se consigue a menudo lo contrario, sobre todo con las mujeres», dijo. Su moderación es relativa porque tiene buenas relaciones con el radical Bernd Höcke de Turingia, quien también ha suavizado tono. Así, la AfD pretende posibilitar alianzas con la CDU.

Contra la AfD se manifestaron 15.000 personas y Volkswagen decidió que se tapara su nombre que luce en la fachada de sala de congresos mientras dure la convención de la AfD.I.N.