Beñat ZALDUA
DONOSTIA
Análisis de los resultados del 10N según la renta

La mayor participación de las rentas altas blinda el triunfo de las derechas

Los ricos votan más y lo hacen mayoritariamente por partidos de derecha. Lo que podía ser una intuición es confirmado de forma abrumadora por el análisis de los resultados del pasado 10N sección a sección. El examen sirve también para hacer una radiografía de las fortalezas y debilidades de cada partido entre las diferentes rentas.

No solo es que, como resultaba más o menos previsible, las rentas altas opten mayoritariamente por partidos de derecha, también es que los ricos acuden de forma mucho más numerosa a las urnas. Retengan estas cifras: el pasado 10 de noviembre, en las secciones electorales más ricas de Nafarroa, Bizkaia y Gipuzkoa votaron 32.618 personas más que en las secciones electorales con las rentas más bajas. Solo en Bizkaia, la diferencia fue de 20.059 votos, una cifra capaz de dar un importante vuelco en cualquier contienda electoral.

Pero antes de entrar en el análisis de los resultados, dos aclaraciones y una prevención. Aclaración primera: los datos se han examinado a nivel de sección electoral gracias a los datos sobre la Renta publicados por primera vez este año por el Instituto Nacional de Estadística. Por desgracia, este nivel de segmentación no está disponible para Araba, por lo que el análisis de este herrialde tendrá que esperar. Segunda aclaración: se han ordenado las secciones por nivel de renta y se han agrupado en diez grandes grupos, de pobres a ricos, de manera que podemos observar la correlación de fuerzas y la participación según el nivel de renta.

La prevención: son los resultados de unas elecciones estatales, por lo que el análisis partido a partido debe cogerse con pinzas. En las elecciones al Congreso, los partidos de ámbito estatal acostumbran a obtener mejor resultado del que logran luego en las autonómicas y en las municipales; mientras que ocurre lo contrario con los partidos de obediencia vasca. Con todo, y más teniendo en cuenta que estas últimas elecciones PNV y EH Bildu lograron resultados notables, el dibujo que sale de este análisis supone una aproximación bastante real al reparto de voto según la renta. La principal salvedad se da en Nafarroa con Geroa Bai, cuyo desempeño en las estatales nada tiene que ver con el de las elecciones forales.

Tendencias generales

Hay coincidencias notables entre los tres territorios analizados. El primero es el de la participación. Las curvas son similares: la afluencia a las urnas crece conforme aumenta la renta, de forma que la diferencia de participación entre las rentas más altas y las más bajas oscila entre los 10 y los 15 puntos porcentuales. La consecuencia es evidente y pone en cuestión los fundamentos mismos de la democracia representativa, literalmente: los intereses de las rentas altas están mejor representados que los de las rentas bajas en las instituciones.

Hay más coincidencias. Por ejemplo, PSE y PSN son los partidos más votados en el 10% con las rentas más bajas, y su curva es siempre descendente. Cuanto mayor es la renta, menor es el apoyo que reciben. La curva es similar en el caso de Podemos –aunque se mantiene más estable en Nafarroa–. En cualquier caso, la conclusión vuelve a ser clara: las rentas bajas optan mayoritariamente por partidos estatales que sus votantes sitúan a la izquierda.

Esto es así incluso en el caso de Bizkaia, donde la hegemonía del PNV se afianza a medida que se eleva el nivel de renta. La suma de PSE, Podemos y EH Bildu, sin embargo, supera el 50% de los votos en los siete primeros tramos del electorado. Solo en el 30% más rico obtiene la derecha –con el PNV al frente– la mayoría de los votos. La mayor participación de las rentas altas no es, por lo tanto, anecdótica, sino que puede resultar crucial. La pregunta es pertinente: ¿sería la hegemonía del PNV en Bizkaia tan abrumadora si las rentas bajas votasen en la misma proporción en la que lo hacen las más altas?

EH Bildu y las clases medias

Siguiendo con el repaso, nos encontramos con una EH Bildu que varía su comportamiento electoral dependiendo del herrialde, aunque en todos dibuja una curva con características más o menos parecidas: el grueso del apoyo lo logra en las rentas medias, mientras que rasca menos en las más bajas y en las más ricas. Pero hay diferencias según el herrialde: en Nafarroa y Bizkaia logra sus mejores resultados en las rentas medias-altas, mientras que en Gipuzkoa lo hace en las medias-bajas. En este herrialde es interesante observar cómo la pugna entre EH Bildu y PNV se mantiene reñida hasta llegar a las rentas más altas, donde el nacionalismo conservador se dispara, mientras que la izquierda independentista se desploma. De nuevo, son los ricos los que acaban decantando una balanza hasta el momento muy igualada.

Como apunte a pie de página, el hecho de que sean unas elecciones estatales no debería restar importancia a las dificultades que, en general, los partidos de obediencia vasca encuentran a la hora de cosechar apoyos en las rentas más bajas.

Retomando el hilo y siguiendo con el repaso partido a partido, las curvas del PP en la CAV y de Navarra Suma en Nafarroa llevan hasta el extremo el tópico –real–, de que la derecha unionista es, en gran medida, una cosa de ricos. Incluso en Nafarroa, donde Na+ gana las elecciones sin problema, el despegue no se da hasta los tres últimos tramos. De hecho, en los dos anteriores se impone EH Bildu. En Gipuzkoa y sobre todo en Bizkaia, el PP es un partido residual que no llega a superar el 10% de los votos hasta el tramo de mayores rentas.

Y un último apunte, a modo de pequeña alerta, en relación a Vox. En la medida en que es, parcialmente, una escisión del PP, resulta normal que registre un pico de apoyos entre las rentas más altas; pero en Nafarroa, donde mayores apoyos logró la extrema derecha en Euskal Herria, los tramos en los que obtuvo su mejor resultado fueron los dos con las rentas más bajas.