Iker BIZKARGUENAGA

Las mil caras de una tragedia medioambiental histórica

El legítimo enfado de los manifestantes que acusan al primer ministro de haberse desentendido de sus obligaciones en las primeras semanas de la crisis, y que le reprochan su apuesta por los combustibles fósiles, que son gasolina para la crisis climática; el pavor del canguro que se refugia en un barrio residencial huyendo de llamas que saltan más que él; la preocupación de los voluntarios dedicados al rescate de animales, que no dan abasto, y el alivio del pequeño koala que se aferra a su salvadora; el abrazo entre quien lo ha perdido todo y quien solo aspira a regalarle una pizca de consuelo; la momentánea resignación de quienes ven arder bosques centenarios como si fuera yesca; el aplomo profesional de quien avanza hacia un fuego que todo lo inunda y que parece retarle.

Son solo media docena de las mil caras de una tragedia que es histórica pero no es irrepetible.