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Los republicanos plantean un acelerado juicio de destitución

El tercer juicio político contra un presidente de Estados Unidos comenzó ayer en el Senado con un duro debate sobre los plazos, las normas, las pruebas y los testigos. La propuesta de la mayoría republicana planteó un juicio rápido, que evitara la presentación de pruebas y la declaración de testigos. Los demócratas denunciaron que el juicio acelerado, «amañado» y «en la oscuridad de la noche» trata de encubrir al mandatario, Donald Trump.

«Iniciamos el tercer juicio político para la destitución de un presidente en la historia de Estados Unidos», anunció ayer el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, que a continuación presentó las reglas para llevar a cabo el juicio contra el presidente, Donald Trump.

Su propuesta provocó el primer rechazo demócrata y la sesión arrancó con un duro debate sobre las normas del juicio. Los crispados intercambios se orientan, además, hacia la opinión pública, en el inicio de las primarias demócratas de cara a las presidenciales.

McConnell planteó que se otorgue a cada parte 24 horas, repartidas en tres jornadas, para trasladar sus argumentos. Ante las críticas demócratas, modificó así su propuesta inicial de concentrarlas en dos jornadas, que auguraba sesiones maratonianas para acabar cuanto antes.

Los republicanos prevén forzar que todo termine antes de que Trump pronuncie su discurso sobre el Estado de la Unión, el discurso político más importante del año, el 4 de febrero.

Otro de los puntos de conflicto fue la declaración de testigos. Mientras los republicanos se han mostrado reacios a admitirlas, en su intento por seguir la línea de un juicio rápido, los demócratas han dejado claro que quieren que comparezcan testigos de los hechos, empezando por John Bolton, el exasesor de Seguridad Nacional de Trump que se negó a comparecer en la Cámara de Representantes y que ahora ha dicho que aceptaría acudir al juicio político para aclarar todo lo que sabe.

El otro alto cargo que los demócratas quieren que testifique es Rudy Giuliani, al que sitúan al frente de toda una «diplomacia paralela» impulsada por Trump para poder perseguir sus intereses en Ucrania.

También debía aclararse si el Senado acepta recibir y analizar nuevas pruebas de las maniobras del entorno del presidente estadounidense, particularmente de Giuliani, Las normas impuestas por la mayoría republicana en el Senado irritaron a los demócratas, cuyo portavoz, Chuck Schumer, las calificó de «desgracia nacional». «Después de leer su resolución, está claro que el senador McConnell está empeñado en hacer que sea mucho más difícil conseguir testigos y documentos e intente acelerar el juicio», indicó Schumer.

«Este no es un proceso para un juicio político justo. Este es un proceso para un juicio político amañado. Este es el proceso si no quieren que el pueblo estadounidense vea pruebas», denunció, a su vez, el jefe de los «fiscales», Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, que lideró la investigación previa a la apertura del juicio político.

«Encubrimiento»

Para Schumer, la propuesta «se aparta dramáticamente» del juicio que se llevó a cabo contra el expresidente Bill Clinton, «para evitar que el Senado y el pueblo estadounidense conozcan la verdad sobre las acciones del presidente Trump que justificaron su ‘impeachment’».

Se refirieron sobre todo al rechazo de pruebas y nuevas evidencias. Y ante la posibilidad de que también se refutaran los testigos, Schumer aseguró que «no es un juicio, sino ‘un encubrimiento’»,

También criticó que se aborden los hechos clave «en las primeras horas de la noche, simplemente porque no se quiere que el pueblo estadounidense los escuche».

El juicio político contra Trump se basa en dos cargos, abuso de poder y obstrucción al Congreso, relacionados con las presiones a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en las elecciones de 2020, el exvicepresidente Joe Biden. Según la acusación de la Cámara de Representantes, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden para perjudicar a los demócratas.