Carlos GIL
Analista cultural

Pensar, hacer

Siempre nos quedará Portugal. Una tarde de sábado con lluvia, en una sala de una compañía de teatro histórica, en Lisboa, presentación de dos libros de dramaturgos portugueses emergentes, con una cincuentena de teatristas de varias generaciones, hablando con cordialidad de la dramaturgia contemporánea, se convierte en un preámbulo de un encuentro entre miembros de diferentes compañías portuguesas para conocer en concreto el devenir de otra compañía independiente que además organiza dos festivales de artes escénicas en una población de veinticinco mil habitantes, Beja, en el Alentejo.

La jornada termina con el visionado de una obra de teatro creada por la compañía titular, en su sala de ochenta y dos butacas, con todo el rigor y la capacidad expresiva que da el tomarse estos asuntos con la seriedad que lo trascendental merece. La obra es una coproducción con otra compañía del norte y trata de expresar los vínculos ancestrales que existen entre la tradición y lo contemporáneo, en términos artísticos. Una celebración teatral con una puesta en escena excelente, una estética nada complaciente pero que logra atrapar al espectador. Así, tras pensar, hacer, después reflexionar y volver a pensar qué se hace hoy en nuestros escenarios, qué ofrecemos a nuestros públicos. Nada es una casualidad. Todo viene de pensar, hacer y reflexionar en libertad.