Ane URKIRI ANSOLA
DONOSTIA
Interview
EDURNE LARRAñAGA
RESPONSABLE DE ACCIÓN SINDICAL DE LAB

«Esta huelga no la pueden asumir ni el PNV ni la patronal»

Edurne Larrañaga, una de las responsables de acción sindical de LAB, pone en valor los más de 1.200 comités de empresa que se han adherido a la huelga general y los 170 comités que se han formado en los pueblos: «Gracias a su trabajo el ambiente está más caliente».

En la tabla reivindicativa hay muchas propuestas de diferentes ámbitos. ¿No se ha distorsionado un poco?

El movimiento de pensionistas tiene un factor y una trascendencia potente; en el caso del empleo hay reivindicaciones que afectan a un sector amplio; y luego, tenemos la vida, los ámbitos distintos que sostienen la vida. Este lema nos ha dado pie a activar distintas organizaciones sociales. Vemos un objetivo común entre distintos y esta huelga tiene que ser un espacio para esa confluencia. ¿Eso enfría el ambiente? No lo sé. Nosotros éramos conscientes de que esta huelga no iba a tener la misma respuesta que la del 8M o que las movilizaciones en contra del cambio climático; esta huelga no la pueden asumir ni el PNV ni la patronal.

Desde fuera han advertido sobre la posible división del movimiento de pensionistas.

Sabíamos que todo iba a ser en contra o que seríamos invisibles; y que en cuanto apareciésemos en ciertos medios iba a ser para desvirtualizar la huelga. Han tratado de desvirtualizar con el lehendakari Iñigo Urkullu diciendo que es una huelga política. Entre la sociedad ha trascendido que vendemos humo, pero lo cierto es que tenemos medidas concretas para capacitar una pensión digna o para establecer una semana laboral de 35 horas. En el fondo hay un pulso entre los que piensan que no se puede y los que creemos que sí hay alternativas.

Parece que se ha formado un Gobierno español más progresista. ¿No se han planteado desconvocar la huelga?

No, al contrario. Lo tendrán que demostrar, que son progresistas. Además, si queremos que se den verdaderos cambios es indispensable una movilización social. Ante este Gobierno español, si hay una oportunidad, será en base a la movilización; si no, no se logra nada. Nunca nos han regalado nada, todos los acuerdos se logran mediante la lucha y acción sindical.

La mayoría de estas reivindicaciones estaba en la tabla del movimiento feminista cuando convocó la huelga del 8M. Las instituciones la apoyaron, ahora están en el otro extremo.

Porque aquí hay otros intereses y les hace mucho daño. Son culpables de la precariedad que sufre el pueblo, de la brecha en las pensiones y en los salarios de mujeres y hombres... Con estas reivindicaciones interpelamos a instituciones y a la patronal; no pueden decir que apoyan las reivindicaciones porque en ese caso, tienen que empezar a aplicar medidas. La huelga impulsada por el movimiento feminista también tenía medidas concretas y están trabajando en ello. El movimiento del 8M o el del cambio climático ha obligado a las instituciones a tomar medidas. Podemos debatir si es fácil considerarse feminista o ecologista sin tomar medidas concretas. Creo que nadie puede estar a favor de la precariedad.

La actitud del lehendakari Iñigo Urkullu es una pataleta. Con solo revertir los recortes que hizo en el ámbito de derechos estaríamos hablando de avances considerables. Y eso es de su competencia. Está en sus manos terminar con la precariedad en el sector público. Por ello, con esta huelga también exigimos el marco de Relaciones Laborales de Euskal Herria.

La última huelga general fue en 2013. ¿Por qué ahora?

El movimiento de pensionistas ha cumplido dos años de movilizaciones y vimos que en esa lucha había una necesidad de hacer un planto general, como pueblo. Necesitamos fortalecer esas reivindicaciones, porque son reivindicaciones de toda la clase trabajadora, porque son reivindicaciones que garantizan el futuro de nuestro pueblo. Las personas pensionistas han planteado como una lucha que van a ganar y nosotros creemos en ello, vamos juntos. En cuanto a los sindicatos y organizaciones que conformamos la Carta de Derechos Sociales, veíamos que se daban las condiciones para una huelga general. Para algunos nunca será el momento idóneo para una huelga general.

Se les reprocha no estar en la mesa de diálogo social. ¿Qué tiene que suceder para que estas reivindicaciones vuelvan a esa mesa?

En lo que se refiere a la CAV, en esa mesa no hay objetivos para acabar con la precariedad. No respeta a la mayoría sindical. No participamos y da igual. Es una mesa para blanquear su política neoliberal. No vamos a volver hasta que demuestren que es para otra cosa.