Antonio Álvarez-Solís
Periodista
AZKEN PUNTUA

Una sesión de control

Primera sesión de control al Gobierno del Sr. Sánchez. Por el PP interviene doña Cayetana Alvarez de Toledo. Temo lo peor. En España la preposición «de» en el apellido suscita un total afán dominante del entorno. Es un genitivo medievalista que impide cualquier tipo de dialéctica; un «de» asertivo repleto de ira y desigualdad.

En la sesión se inscriben la cuestión catalana, el nuevo salario mínimo, la renta de la vivienda, la proyección gibraltareña del «brexit»… Para la señora Alvarez de Toledo todo eso no existió. Ella quería saber qué hizo el ministro de Transportes español en el avión que descansaba en Barajas y en el que viajaba la vicepresidenta del Gobierno venezolano. La señora del «de» exige que se aclare si el señor Ábalos traicionó a Europa al entrevistarse con la política venezolana, que tiene prohibido pisar suelo comunitario. No importa el salario, que es cosa de obreros; no importa la cuestión de la vivienda, que sólo afecta a esos obreros; no importa la cuestión catalana, que es asunto a resolver por el juez y la Guardia Civil; no importa el «brexit» y Gibraltar, que es cosa de contrabandistas… La señora del «de» genitivo quería saber si el señor Ábalos se había saltado una formalidad europea; saber si habían sido ofendido los restos «de» los Reyes Católicos, nobilísimos descubridores del indio sin alma.