Maitane ALDANONDO

BEGIA: UN ACOMPAñANTE VIRTUAL QUE GUÍA AL USUARIO PARA QUE NO SE PIERDA

Dos jóvenes alaveses han creado una aplicación móvil que ofrece indicaciones visuales y auditivas para desplazarse en el interior de grandes espacios. Está pensada para personas con baja visión; es útil para quienes quieren orientarse en lugares desconocidos.

Las dificultad de orientarse o localizar puntos de interés en un espacio es un problema habitual y un obstáculo añadido en el caso de las personas con baja visión. Como solución, los vitorianos Patricia Bedoya y Asier García Morato han ideado BEGia, una aplicación móvil (app) que guía con indicaciones visuales y auditivas. Esperan que esta herramienta que mejora la accesibilidad integral de los interiores esté lista este mismo año.

El origen del proyecto está en una experiencia personal de sus creadores. «Nuestra sobrina tiene baja visión y al hacer con ella tareas cotidianas como ir al supermercado o al centro comercial veíamos que tenía grandes dificultades para algo tan sencillo como encontrar la puerta o los baños». Llevaban tiempo dándole vueltas, pero no encontraban soluciones en el mercado. Hasta que surgió la idea de BEGia. Al poco de dar con la solución, la testaron participando en el concurso Tu idea cuenta de Álava Emprende. Bedoya apunta que «presentamos cuatro folios» explicando la idea y al cabo de una semana les llamaron para decirles que eran finalistas. Ganaron dos premios, a la idea más innovadora y el de la aceleradora Metxa.

La iniciativa tuvo muy buena acogida y ha recibido el apoyo de instituciones como BIC Araba, la SPRI, el Ayuntamiento de Gasteiz, la Cámara de Comercio, así como algunas empresas. Además ha sido reconocida por la ONCE, al quedar segunda en el premio al proyecto más inclusivo de Araba y entrará en el manual de buenas prácticas de la Diputación Foral de Araba. Se han sentido arropados desde el principio y están sorprendidos con lo involucrados que están las instituciones y sus mentores. «Son gente muy desinteresada, en seguida te ayudan. Si hubiéramos tenido que contratar esa experiencia no hubiésemos podido». Metxa ha contribuido a asentar los cimientos del proyecto, mientras que BIC Araba les ha abierto puertas y dado acceso a contactos.

Compaginan el desarrollo de la app con sus empleos por cuenta ajena. Bedoya es arquitecta interiorista y Gómez trabaja en el campo del marketing. La joven sostiene que requiere «una dedicación que la que muchos piensan, pero es muy gratificante. Ver que presentas cuatro-cinco folios a un concurso y un año después se está haciendo realidad, no se paga con dinero». Gracias al referente de sus padres autónomos saben el esfuerzo que conlleva tener una empresa, y definen su experiencia como «una montaña rusa» de «sorpresas continúas todas las semanas», en parte porque crear algo que mejore la vida de la gente hace que se lo tomen de manera personal.

Una ruta en tiempo real

Inicialmente, BEGia estaba muy centrada en personas con baja visión, pero se dieron cuenta de que era útil para cualquiera: «Una persona que no conoce el espacio o no conoce bien el idioma o no está acostumbrada a usar la tecnología». La app digitaliza el plano del edificio, crea un directorio con esa información y muestra puntos de interés como ascensores, servicios, salas de reuniones; así como la información asociada a ellos. Genera una ruta para la persona usuaria a la que guía con indicaciones tanto visuales como auditivas; además, con la ayuda de la realidad aumentada, puede orientarse y localizar lo que busca, mientras que con la visión artificial comprueba que ha llegado.

Sirve para cualquier tipo de espacio interior grande, pero se han centrado en hospitales, eventos y universidades. Se diferencia de otras herramientas de mapeo en que ofrece información a tiempo real y está centrada en el usuario. Será gratuita para los usuarios, ya que la monetización vendrá de los espacios que quieran ofrecer esta «comodidad añadida». Su intención es empezar en la CAV e ir expandiéndose, aunque hace poco les contactó un posible cliente de Uruguay. «Veremos cómo se desarrolla. Irnos ahora a Uruguay nos da un poco de vértigo, es más desconocido», matiza García.

En los últimos meses han terminado la fase de conceptualización y validación de la tecnología. Disponen de un prototipo que en las próximas semanas probarán con usuarios de ONCE y de asociaciones de baja visión, para que les den sus opiniones antes de afrontar la parte final del desarrollo. Uno de los objetivos que se han fijado para este año es «tener algo en el mercado», por lo que ahora quieren empezar a construir el producto final y buscar clientes. En los próximos meses se constituirán como empresa y les gustaría poder entrar en la próxima convocatoria de BIND 4.0 en otoño. García reconoce que «es un objetivo bastante grande» que como señala Bedoya, «nos daría acceso a grandes empresas».