Todo sigue igual. Los inversores le siguen dando la espalda a los ingentes estímulos monetarios, facilidades crediticias y ayudas fiscales que han ofrecido los bancos centrales y los gobiernos para luchar contra los terribles efectos del coronavirus. Ayer, tras la euforia de la primera hora y media, llegó la realidad: el Ibex apenas pudo salvar un 0,74% de las fuertes ganancias alcanzadas hasta entonces. En el mejor momento del día, el rebote le llevó hasta los 6.769 puntos, pero terminó bajando al cierre hasta los 6.443,30 puntos. Por tanto, el Ibex se deja un 2,81% en su cuarta semana consecutiva en rojo, mientras que se hunde un 35,53% en el año.

La pregunta es qué más quieren los mercados para comenzar a dar la vuelta a la situación, dado que los bancos centrales no están lejos de quedarse sin munición y los gobiernos están hipotecando el futuro de sus economías con el aumento de la deuda.

Las plazas europeas de París (+5,01%) y Fráncfort (+3,70%) sí lograron defender un rebote notable, mientras que Londres (+0,76%) y Milán (+1,71%) acabaron con subidas modestas. En Nueva York, media hora después de cerrarse las negociaciones en Europa, y tras varios cambios de dirección desde la apertura, los tres índices principales registraban recortes inferiores al 1%.

En el Ibex, ganancias importantes para Aena (+19,66%), ACS (+16,86%) y ArcelorMittal (+14,78%), También fue noticia IAG (+11%), que rompía una racha de cuatro derrumbes en la semana, destacando el hundimiento del 27,90% del lunes. Los pesos pesados, excepto Telefónica (-5,62%) e Iberdrola (-2,13%), se apuntaron ganancias: Repsol recuperó un 2,29%; Santander, un 2,23%; BBVA, un 2,94%; e Inditex, un 4%. Las acciones de Bankia (-12,59%) sufrieron el mayor desplome.