E l Ibex prosigue la lucha por mantenerse sobre los 6.200 puntos. Ayer, a duras penas, cerró por encima, después de conocer la deprimente respuesta de Wall Street a la intervención desesperada de la Reserva Federal para enfrentar la crisis económica que ha traído el coronavirus.

La entidad presidida por Jerome Powell anunció la compra ilimitada de activos de renta fija y la aprobación de medidas adicionales para mantener la liquidez del crédito. Todo ello, además, con el respaldo del Gobierno estadounidense, que trata de sacar adelante también una propuesta de, al menos, un billón de dólares de ayudas para aliviar el impacto de la pandemia.

Todo va de mal en peor. La huida de los inversores de la renta variable no encuentra, por ahora, un final, a pesar de los escarceos de la semana pasada, que crearon la ilusión de haber podido tocar fondo por algunos rebotes puntuales. Ayer, el Ibex, tras el breve fulgor de mediodía ligado a la intervención de la Reserva Federal, se hundió un 3,31%, y hoy abrirá con 6.230,20 puntos. Tampoco pudieron esquivar las pérdidas París (-3,32%), Fráncfort (-2,10%), Londres (-3,79%) y Milán (-1,09%).

En Nueva York, una hora después del cierre en Europa, los grandes índices profundizaban en sus bajadas ignorando a la Reserva Federal y tras los desplomes del viernes, cuando el Dow Jones y el S&P 500 restaron más de un 4%.

En el Ibex, vuelta atrás para Aena, que se despeñó un 18,93%, después de sumar casi un 20% el viernes. También se vieron arrollados Meliá (-9,58%), Acciona (-8,57%) e IAG (-8,43%). De los pesos pesados, los peores eran Iberdrola, Telefónica y BBVA, con caídas superiores al 3,50%. Cie Automotive (+8,14%), ACS (+2,09%), Meliá (+2,05%) y Repsol (+0,71%) encabezaron las subidas.