Los curiosos acontecimientos que constituyen el tema de esta crónica se produjeron...» Así comienza “La Peste”, la novela de A.Camus, publicada en 1947. Con la llegada del coronavirus a nuestras vidas, se ha puesto de moda hablar de ella. Algunos la mencionan porque la leyeron hace tiempo, otros porque lo están haciendo ahora que tienen tiempo y, todos, porque la consideran un fiel reflejo de lo que sucede hoy. Lo cierto es que su lectura resulta estremecedora y la filosofía que de ella se desprende invita a importantes reflexiones sobre la condición humana. En “La Peste”, Camus nos muestra como «las ciudades crecen al mismo ritmo que la soledad» y como, en tiempos de crisis, «sale a la luz lo peor de la sociedad», para añadir acto seguido que no todo es la nada y que, en momentos difíciles, también puede «emerger» lo mejor. Parece que Camus no se equivocó. En este confinamiento obligado hemos visto que, cuando se cierran los balcones del buenismo vecinal, aparece el individualismo y la irracionalidad del miedo convirtiendo a unos vecinos en delatores y policías de los otros. Sin embargo, también «emerge lo mejor». En Gasteiz, se llama Batera, una red solidaria, con más de 2.000 personas, dispuestas a recuperar el sentido de comunidad para atender a quienes en este aislamiento se ven arrojados en manos de la soledad.