Beñat ZALDUA
DONOSTIA
CRISIS DEL CORONAVIRUS

Los casos y las hospitalizaciones se estabilizan, pero las curvas no bajan

Hoy se cumple un mes desde que se registró en Euskal Herria la primera muerte por coronavirus. Nadie imaginaba entonces que 31 días después el saldo se habría elevado a los 597. Pese a la dramática cifra, la evolución de la epidemia en tierras vascas invita a un cauteloso optimismo, sobre todo en cuanto a los datos sobre hospitalizaciones.

Los casos confirmados de coronavirus superaron ayer la barrera del millón. Concretamente, son 1.083.084 personas las que, según el recuento del Johns Hopkins Center al cierre de esta edición, tienen o han tenido el Covid-19 a lo largo y ancho del mundo. Los recuperados son 225.335 y los fallecidos reconocidos oficialmente, 58.243. Las cifras ofrecen la radiografía general de una pandemia que sigue en proceso de expansión, pero hay que resaltar que apenas son una aproximación conservadora a la realidad, pues no todos los países tienen la capacidad o la voluntad de contar a sus enfermos y fallecidos de forma similar. Baste recordar que ayer París reconoció de golpe casi 900 muertos en residencias.

De hecho, la escasa transparencia del Estado francés, junto con su hipercentralizada estructura administrativa, hace imposible conocer el alcance de la epidemia en Ipar Euskal Herria. Oficialmente, se han comunicado dos decesos y 15 ingresados, pero son datos bastante cuestionables. Al otro lado de los Pirineos, las cifras son mucho más detalladas, aunque tampoco conocemos el alcance real del Covid-19, dada la limitada cantidad de test que se realizan –muestra de ello es el protocolo de Osakidetza, en la noticia contigua–.

A pesar de todo, es posible hacer una radiografía relativamente completa de la evolución de la epidemia en Hego Euskal Herria, hoy que se cumple un mes desde que se registró el primer deceso. 31 días durante los cuales el indicador de fallecidos no ha parado de crecer, hasta los 597 registrados ayer.

Es el gráfico más severo de los que acompañan a este texto. Para evitar los altibajos diarios y los consiguientes «dientes de sierra» en el gráfico, se han agrupado los fallecidos diarios en bloques de cuatro días, lo que permite observar la evolución con menos ruido. El resultado indica que la curva sigue creciendo, aunque hay cierto margen para la esperanza, ya que se observa una pequeña ralentización. Entre el 22 y el 25 de marzo murieron 108 personas y entre el 26 y el 29 lo hicieron 170 (un 57% más). Entre el 30 de marzo y el 2 de abril, la cifra se elevó a 196, lo que deja el crecimiento porcentual en un 15%

Se afianza el pico de casos

Aunque siempre hablamos de aproximaciones, dado el limitado número de test realizados, parece que se afianza la fecha del 25 de marzo como el pico de casos positivos registrados, con 889. Entre 26 y el 29 de marzo se registraron 2.846 casos positivos, una cifra que en los cuatro días posteriores bajó a 2.460, al mismo nivel que el registrado entre el 22 y el 25 de marzo.

A esta tendencia hay que sumar otro indicio positivo, y es que del total de test que se realizan en la CAV –cuyas instituciones son de las pocas que ofrecen datos diarios al respecto–, una proporción cada vez mayor arroja un resultado negativo. Sin ir más lejos, el 2 de abril se hicieron 1.576 pruebas, de las que resultaron positivas un tercio (505). El 25 de marzo, por ejemplo, el día del pico de casos registrados, la mitad (678) de los 1.349 test realizados resultó positivo.

Cabe destacar, sin embargo, que el herrialde actualmente más castigado, Bizkaia, puede no haber alcanzado el pico de casos. El 26 de marzo registró 349, pero el 2 de abril la cifra se encaramó hasta los 342. En bloques de cuatro días se detecta la estabilización, pero no la tendencia descendente.

El colapso sanitario, a raya

Algunas previsiones apuntaban al final de esta semana como posible pico de ingresos hospitalarios. Sin embargo, los datos de hospitalizaciones indican que, al menos hasta el momento, y con achaques de diversa índole, los hospitales vascos están aguantando el embate. De hecho, menos en Nafarroa, el número de ingresados ha descendido en los últimos tres días, como puede observarse en el gráfico que refleja la ocupación hospitalaria día a día.

Esto no quiere decir que no haya nuevos ingresos, pero sí que las altas –que aumentan de forma significativa, como se observa en otro gráfico– superan en los últimos días a los ingresos.

El gráfico de las UCI, sin embargo, recuerda que todavía queda mucho por hacer. Aunque Araba, la primera golpeada, registra una evolución positiva –parece que tuvo el pico de ingresados en la UCI el 29 de marzo–, en el resto de herrialdes la curva sigue siendo ascendente, y al cierre de esta edición eran 323, más que nunca, las personas hospitalizadas en unidades de cuidados intensivos. Con todo, la lehendakari María Chivite aseguró ayer en comparecencia parlamentaria que siguen preparados para hacer frente a nuevos casos.

El balance parcial no puede ser, por lo tanto, sino ambivalente. Los casos confirmados y, sobre todo, las hospitalizaciones, sugieren una estabilización que, sin embargo, no llega a todos los herrialdes por igual; mientras, los fallecidos y los ingresados en las UCI siguen creciendo. La curva descendente, que se deja intuir en algunos indicadores, todavía está por confirmar. Sería una sorpresa que, con estas cifras –las del Estado español no son mejores–, Pedro Sánchez no aprovechase su habitual intervención sabatina para anunciar una prolongación del estado de alarma.