Dr. Manuel García Bengoechea
Presidente del Colegio de Médicos de Gipuzkoa
KOLABORAZIOA

Hay que aguantar el pulso aún

Estamos en un momento crucial de la pandemia, en el que si no lo hacemos bien, podemos tirar por la borda todo el esfuerzo y sacrificio que hemos realizado hasta ahora. Estamos cansados, pero hay que seguir aguantándole el pulso al virus.

No es un juego ni una exageración, lo hemos visto, este virus es capaz de expandirse con rapidez, y de generar importantes alteraciones en el organismo. No hay más que fijarse en la tasa de mortalidad que es capaz de provocar. El 100% de la población seguimos estando en riesgo, y el 100% debemos adoptar un compromiso evidente: seguir con absoluta escrupulosidad las normas que se nos recomiendan. No nos podemos permitir el lujo de hacer ni un gesto que pueda facilitar la transmisión de la enfermedad, amparándonos en la libertad, la conveniencia, o simplemente la opinión personal.

Los expertos han tenido en cuenta muchos aspectos a la hora de tomar las decisiones y emitir las recomendaciones, como la necesidad de salir de nuestras casas, los aspectos socioeconómicos, y por supuesto, epidemiológicos. Es imposible contemplar las necesidades y particularidades de todos. Por eso tenemos que cumplir con lo que nos dicen los expertos, porque son expertos y, sobre todo, porque con errores y aciertos, tratan de hacer lo mejor para todas y todos. Estemos de acuerdo con las medidas o no, es innegable que han surtido efecto. Estamos mejor que hace unas semanas.

Es la hora de la responsabilidad personal y colectiva, y en esto no nos vale pasarle la pelota a los demás ni saltarnos las normas porque no nos gusten o no nos vengan bien; de nuestra actitud depende la seguridad propia y la de todos. A más seguridad colectiva, mayor seguridad individual. No podemos permitirnos ser irresponsables. Sale demasiado caro al cambio.

Los sanitarios estamos en un momento muy difícil. Todos han hecho un trabajo extraordinario, y muchos han corrido riesgos, al menos 55 médicos y un total de más de 70 sanitarios han fallecido y varios miles han contraído el virus. En todos los servicios (Atención Primaria, Urgencias, etc.) se ha hecho un esfuerzo físico y psíquico inconmensurable e impagable; ni los ciudadanos, ni los profesionales sanitarios, ni el sistema, se pueden permitir que una situación ni siquiera parecida a la que hemos vivido se pueda repetir.

Nos hace falta un plazo de unos meses, un año, para que la investigación sobre este nuevo agente infeccioso arroje las luces suficientes como para que lo podamos evitar, podamos disponer de una terapéutica específica, y que no vuelva a causarnos otra situación como la actual. Esperemos que un conocimiento profundo del porqué del despegue del virus, junto a los medios clínicos y terapéuticos nos permitirán controlar esta infección en un futuro cercano. Mientras tanto, sigamos entonando el mantra: «lavado de manos, distancia y mascarilla». Prudencia absoluta.

En resumen, no atribuyamos la responsabilidad a otros, «todos» sin excepción debemos seguir las recomendaciones, no pensemos que son solo para los demás. No podemos relajarnos. Vamos dejando atrás la primera batalla, pero aquí nada ha terminado aún.