Ibai AZPARREN
IRUÑEA

Exigen que el dinero del TAV vaya a sectores prioritarios como la sanidad

La iniciativa "Orain Ardura-Ahora Responsabilidad" fue presentada ayer en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria para exigir la paralización de los proyectos del Tren de Alta Velocidad (TAV) y pedir que sus inversiones económicas se dirijan a «cuestiones de urgencia y prioritarias» como la sanidad, los servicios sociales, las pensiones y las personas sin ingresos.

La mayoría sindical del país, grupos ecologistas, feministas, culturales y varios colectivos se han adherido ya al manifiesto impulsado desde movimientos sociales contra el TAV. Los portavoces de la campaña manifestaron que las «millonarias inversiones» de los gobiernos en infraestructuras como el TAV se han producido al mismo tiempo en el que se llevaban a cabo «fuertes recortes en cuestiones vitales como la sanidad y los servicios sociales».

Las consecuencias de esta disminución presupuestaria se han visto reflejadas en la crisis del coronavirus, con «hospitales saturados, personal sanitario doblando turnos, residencias de mayores convertidas en mataderos y gente muriendo en soledad», apuntaron. Es por eso que recalcaron la importancia de estos trabajos «necesarios para sostener la vida y el cuidado mutuo de las personas». Unas labores «mayoritariamente ejercidas por mujeres» –el 75% de las personas que trabajan en salud y servicios sociales–, y criticaron que las obras del TAV sigan su curso en esta pandemia, «en lugar de garantizar servicios públicos para una vida digna».

Desde “Orain Ardura” demandaron al Gobierno de Lakua, al Gobierno de Nafarroa y al Gobierno español la paralización inmediata de las obras del TAV y la desestimación de otros nuevos proyectos, y propusieron mejorar y mantener los trazados actuales para lograr un «tren social» que vertebre el territorio sin aislar ninguna zona, que transporte tanto personas como mercancías y que sea «económicamente asequible» para todo el mundo.

En consecuencia, la inversión del TAV se podría destinar a cuestiones de urgencia como «un sistema de salud público con personal y recursos suficientes, el cuidado de calidad de las personas mayores, el fomento del euskara, la apuesta por la soberanía alimentaria, unas pensiones justas, una educación pública y unos servicios públicos de calidad».

De este modo, se respaldaría a los sectores dañados por la crisis del coronavirus como el pequeño comercio o el mundo de la cultura. Los portavoces aseguraron, en este sentido, que son necesarios «nuevos modelos económicos que reconozcan la crisis ecológica y social en la que estamos».

Paralelismos y hemeroteca

Por otro lado, los impulsores de la iniciativa pusieron sobre la mesa una serie de datos y comparaciones que arrojan luz sobre el despilfarro que supone el TAV. Recordaron, por ejemplo, que la “Y vasca” y las obras entre Iruñea y Castejón suponen casi 5.000 millones de euros. Además, la construcción de las uniones entre Miranda y Gasteiz, e Iruñea con la “Y vasca”, junto a proyectos como la variante sur ferroviaria de Bizkaia y la entrada del TAV a las capitales elevaría el gasto a 15.000 millones.

Los portavoces recordaron que, con motivo de la crisis del coronavirus, los 3 millones de euros inicialmente destinados por Lakua para autónomos o los 2,5 millones para profesionales de la cultura equivalen a 100 y 83 metros de TAV, respectivamente. El edifico destinado al hospital de Nafarroa equivale al coste de 656 metros de TAV. Con lo que cuesta la línea Gasteiz-Iruñea, se podrían construir 32 hospitales como el de Eibar, según los portavoces.

A su vez, recordaron las palabras del ministro español José Luis Ábalos cuando apostó por «realizar una reorientación absoluta de las inversiones ferroviarias, que han estado demasiado centradas en la alta velocidad», e instaron a «hacer caso» al consejero de Hacienda de la CAV, Pedro Azpiazu, que afirmó que habrá que «retrasar las grandes obras».