Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Antagonismo

Tal vez nos falte lo que a ellos les sobra, a saber: odio de clase. Desde que nacen lo van adquiriendo en sus colegios; día a día lo ven en el trato de sus padres hacia el servicio. Ora autoritario… ora paternalista; siempre marcando las diferencias. Cuando oyen, en familia, la forma de referirse a los operarios que trabajan en sus fábricas. Son los burgueses, unos hijos de puta y, aunque socialiberales y socialkeynesianos se empeñen, no pueden ser de otra manera. Me lo explicó en los 70 un encofrador asturiano trabajador de Agromán: «mira guahe, –me dijo en el almuerzo–, la cosa es sencilla, el pastel tiene cien trozos, si el patrón se lleva cuarenta, a los obreros nos quedan sesenta; si treinta, nosotros setenta; si nosotros ochenta, el veinte ¿Ves porqué nuestros intereses no pueden ser los mismos? Lo demás, –prosiguió–, es literatura esa del compromiso histórico y renuncia eurocomunista. En tiempos de tempesta, cuatro principios pero claros. ‘Esplotaos sí, pero atontaos non’».

Observamos la descomposición de la representación política en cada sesión parlamentaria. Ya no hay medida, lo mismo ocho que ochenta, la mentira se presenta descarnada, no necesita de lo verosímil, el insulto y el dislate como argumentario. Una derecha heredera de los que ganaron la guerra no dispuesta a perder un ápice de sus privilegios, con unos portavoces imposibles de satirizar porque son caricatura en sí mismos: la perturbada marquesa argentina, el murciano lanzador de huesos de aceituna, el licenciado exprés indocumentado, la guardiacivilona necesitada de razón y sus camaradas del fascio español.

En frente un gobierno timorato. Capaz de decir una cosa y su contraria aún antes de que el gallo siquiera despierte ¿Derogación de la reforma laboral? Sólo si Dios quiere y el IBEX lo permite. En unos pesan los sillones, en otros los futuros consejos de administración.

Por estos lares el PSE dice que con EH Bildu ni agua, exigiendo al PNV lo mismo. Iturgaiz a su manera, creo entender, dice algo parecido.

Delito sería no odiarlos.