Ion SALGADO
GASTEIZ

Ni rastro de Celedón en una plaza de la Virgen Blanca de Gasteiz vacía y cerrada

Celedón no aterrizó en Gasteiz. Gorka Ortiz de Urbina, el blusa encargado de darle vida, dejó claro que este año no toca celebrar las fiestas pero en 2021 «celebraremos estas y las siguientes».

Hace un año la plaza de la Virgen Blanca era un hervidero. Miles de personas, provistas de pistolas de aguas y botellas rellenas de bebidas de todos los colores, se dieron cita en el corazón de Gasteiz para recibir a Celedón, encargado de dar inicio a las fiestas. El aldeano de Zalduondo bajó con su paraguas desde el campanario de San Miguel y marcó el ritmo de los presentes que dispersaron por las calles aledañas en busca de un bar o de un vecino dispuesto a lanzar un cubo de agua por la ventana. Una imagen muy distinta a la que se vio ayer, en el año 1 D.C., después del covid-19, en el centro de la capital alavesa. A las 18.00, hora a la que estaba prevista la llegada de Celedón, no había nadie en la plaza. Ni un alma. Solo los periodistas y los residentes en la zona han podido pasar los controles establecidos por la Ertzaintza y la Policía Local. En total, se colocaron trece puntos de acceso para cerrar a cal y canto la Virgen Blanca desde las 16.30 hasta las 19.00.

No se veía el cable en el cielo, y tampoco había paneles para proteger el monumento que erige en el centro de la plaza. No había música, y, por su puesto, nadie prendió la mecha de un cohete en la balconada –sí que se escucharon en otros puntos de la capital–. La nueva normalidad no permite aglomeraciones, como bien saben en Iruñea o Baiona, dos capitales que ya han vivido sus «no fiestas».

A la espera de cuántas personas se calzan las abarcas hoy, algunas personas no se aguantaron las ganas y salieron a cantar a sus ventanas. También hubo quien no se resistió a prender un puro en las calles aledañas, donde las terrazas estaban repletas. En los próximos días no habrá conciertos en la plaza de Los Fueros, ni en la plaza del Matxete. Y quienes se acerquen al campus universitario se darán cuenta de que este año no hay txosnas. La única forma de saber que ayer era un día especial en Gasteiz era visitando el parking de Mendizabala, donde se instaló el circo, o mirando de reojo si los viandantes llevaban un pañuelo rojo y de cuadros. El único Celedón que se vio ayer en la plaza de la Virgen Blanca, llevab una mascarilla.

Los pañuelos son un símbolo y una parte de la indumentaria de los blusas y de las neskas, que este año no saldrán, al menos en cuadrillas. La comisión anunció que no animarán las calles y el alcalde, Gorka Urtaran, pidió a la ciudadanía que evite «cualquier llamada a la fiesta».

Goia rechaza las críticas de Donostiako Piratak

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, afirmó ayer que que «no entiende muy bien» la crítica de Donostiako Piratak, que para este sábado ha convocado a las 12.00 una movilización junto a las comisiones de fiesta de los barrios y el sindicato de técnicos a favor de una fiestas populares. Recuerda que se enteró por la prensa de la suspensión de Aste Nagusia, decisión para la cual no se les tomó en consideración.

Respondió que le consta que «Donostia Kultura ha mantenido un contacto intenso con distintas asociaciones o iniciativas que han promovido la celebración de distintas fiestas en circunstancias normales», con las que «se ha abierto una línea de colaboración para poder hacer algunas cosas dentro de los límites actuales». «No quiero entrar en polémicas estériles, pero no puedo dejar de manifestar que a veces veo que en determinadas actitudes hay un impulso político, creo que es más que evidente».

Pidió a los donostiarras «interiorizar» la razón por la que no hay fiestas y que actúen «con responsabilidad».GARA