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El comercio minorista de Bizkaia aún no ve próxima la salida de esta crisis

Aunque el comportamiento es diferente en función de cada área dentro del sector –por ejemplo, la alimentación «ha mantenido el tipo»–, el comercio minorista de Bizkaia está afrontando una reactivación muy lenta, que afecta al conjunto de la economía. Cecobi sigue temiendo que una de cada cuatro tiendas eche la persiana definitivamente.

La Confederación Empresarial de Comercio de Bizkaia (Cecobi) calcula que, en lo que va de año, la caída de ventas del sector está siendo, de media, del 60% respecto a 2019 y considera que la previsión de que el 20% o 25% de los establecimientos desaparecerá antes de fin de año se «va a quedar corta» si no cambia mucho el escenario.

Así lo comentó ayer el presidente de Cecobi, Pedro Campo, quien indicó que observan la situación «con mucha preocupación», no solo en el comercio, sino en la economía general.

De la encuesta realizada por esta organización entre el 13 y el 22 de julio ya se concluía que las previsiones de ventas para los próximos meses no son muy halagüeñas: el 59% de los negocios tiene la percepción de que las ventas en el segundo semestre serán malas o muy malas.

Esas previsiones negativas se ciernen especialmente sobre los comercios minoristas del herrialde, principalmente de barrios y de comarcas alejadas de los grandes núcleos urbanos.

Como ya indicara al iniciarse la campaña de las rebajas de verano, Campo subrayó que muchos comercios de Bizkaia no las han llevado a cabo porque «no tenían margen para poder hacerlo», a lo que se suma que el consumo continúa «muy ralentizado». Señaló también que en las últimas semanas la alimentación «ha mantenido más o menos el tipo» y el equipamiento de hogar ha tenido «un repunte positivo», aunque el resto de áreas del sector está teniendo una mala evolución.

Prioridad sanitaria

En su opinión, el comercio es tratado como un «segundo vagón» de la economía y es la industria «la que maneja todo», por lo que parece que se quiere dar a entender que «si la industria va bien, el trabajo va bien, el comercio va bien, la hostelería va bien... y todo va bien».

Campo indicó que temen que «lo peor» es lo que puede venir después del mes de setiembre y el futuro se ve «bastante negro». En esta coyuntura, resaltó que «la irresponsabilidad de muchas personas no tiene límites y no son conscientes (de la situación)». «Me preocupa mucho la inconsciencia de la gente. Yo creía que teníamos una juventud con otros valores y, aunque es una minoría, están demostrando que no son conscientes de nada o no les importa», señaló, al tiempo que reclamaba «mano dura» para quienes incumplan las medidas de seguridad sanitaria.

El presidente de Cecobi considera que, hasta que no se solucione el tema sanitario, «todo lo demás estará muy complicado». Y recordó que aún hay muchos trabajadores afectados por los expedientes de regulación temporal, porque «en ocasiones no hay trabajo para todos».

«Se va incorporando plantilla en función de la demanda y, si estamos con una demanda del 50% de lo normal, ¡cómo se va a incorporar a todos! Eso aboca al cierre de la empresa», afirmó. Por ello, reclamó que los ERTE por fuerza mayor, que por ahora tienen puesta la fecha de caducidad en el 30 de setiembre, sean prolongados, al menos, hasta finales de este año.

 

Empresas familiares se suman a una iniciativa para «dar la cara»

El movimiento #DamosLaCara se puso en marcha en junio impulsado por trabajadores y propietarios de empresas familiares «para mostrar su compromiso para superar la crisis económica» derivada de la pandemia del coronavirus.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa son ya cerca de una decena las empresas que se han sumado a esta iniciativa, que en el conjunto del Estado ha reunido a 1.400, según informó ayer Aefame (Asociación de la Empresa Familiar de Euskadi). Entre otras compañías vascas, se encuentran GHI, Lazpiur, Iparvending, Sener, Cometel, Autonervión, y Barrilero y Asociados.

El objetivo de todas ellas es «colaborar en el relanzamiento de la actividad económica y la recuperación del bienestar y del empleo de sus territorios», así como «visibilizar la actividad de sus socios para mostrar su apoyo ante los problemas sanitarios y económicos locales». El director de Aefame, Gaizka Zulaika, indicó que «un proyecto de recuperación económica exige credibilidad para que vuelva la confianza. Las necesarias decisiones de las empresas para salvaguardar el empleo requieren estabilidad institucional y la incentivación de las familias empresarias; somos un aliado necesario en este camino», añadió.

En la CAV, las empresas familiares suponen el 84% del tejido empresarial. Las 66 compañías que están integradas en Aefame dan empleo a más de 148.000 personas.GARA