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Rusia replica a las críticas mientras otras vacunas presentan sus credenciales

El ministro de Sanidad de Rusia, Mijaíl Murashko, calificó ayer de «absolutamente infundadas» las críticas a la vacuna desarrollada por centros de investigación rusos, y las achacó a la «competencia» en el mercado internacional en este ámbito.

Algunos países han expresado sus dudas sobre la eficacia de la Sputnik V, como han bautizado las autoridades rusas a la vacuna, y el martes la Organización Mundial de Salud (OMS) recibió el anuncio de la vacuna con cierta cautela, pues todavía debe cumplir los trámites de precalificación y revisión.

La Sputnik V, desarrollada por el centro de investigación Gamaleya y el Fondo Ruso de Inversión Directa (RFPI), es la primera vacuna en ser registrada en el mundo. Se trata de un fármaco de doble dosis que genera «una inmunidad duradera» que «se preservará hasta dos años», de acuerdo con el Ministerio de Sanidad. En este sentido, Murasahko precisó que «los primeros lotes de la vacuna se producirán en las próximas dos semanas», y explicó que se destinarán inicialmente a la demanda interna.

El RFPI ya ha recibido solicitudes de más de 20 países para adquirir 1.000 millones de dosis de la Sputnik V, si bien el organismo ruso ha aclarado que su exportación dependerá de «la aprobación de la vacuna en distintos países, así como de las capacidades de la producción».

Pfizer y BioNTech

En mitad de lo que ya parece una carrera entre potencias para alcanzar una vacuna eficaz e inocua, ayer la revista “Nature” publicó los resultados de un ensayo clínico de la candidata a vacuna de ARN desarrollada por Pfizer y BioNTech, que ha demostrado inducir una «robusta» respuesta inmunológica.

La BNT162b1 es la más prometedora de las cuatro vacunas desarrolladas por ambas firmas, todas basadas en ARN mensajero para provocar una respuesta inmunológica. Este tipo de candidatas son las que se consideran generalmente seguras y han facilitado el rápido desarrollo de vacunas contra el SARS-CoV-2.

Según los datos provisionales del estudio para evaluar la seguridad, tolerabilidad e inmunogenicidad de la vacuna, la BNT162b1 se testó en 45 adultos sanos de entre 18 a 55 años de edad, que por lo general la toleraron bien, aunque algunos participantes experimentaron en los días siguientes efectos secundarios de leves a moderados, que aumentaron con el nivel de la dosis. Las reacciones adversas más frecuentes fueron dolor local en el lugar de la inyección, fatiga, dolor de cabeza y muscular, escalofríos, fiebre y trastornos del sueño. No obstante, la vacuna provocó una respuesta inmunológica «robusta» en los participantes, que aumentó con una segunda dosis. Sin embargo, se necesitan ensayos de fase 3 para determinar su eficacia.

Por otra parte, el Instituto Robert Koch (RKI) de Alemania cree que es posible que se logre una vacuna para otoño, pero advierte de que esto no significaría el control inmediato de la pandemia. En un estudio publicado ayer –y elaborado antes de conocerse el registro de la vacuna rusa–, el RKI afirma que «los pronósticos actuales hacen parecer posible la disponibilidad de una vacuna (quizá varias) para otoño de 2020», pero advierte sobre un exceso de optimismo, Sería «peligroso», subraya el texto, confiar en estos momentos en que la pandemia se podría controlar a partir de otoño gracias a esta vacuna. Aunque cree, en todo caso, que «es esencial preparar de inmediato una campaña de vacunación a nivel nacional para el momento en el que esté disponible».