Ingo NIEBEL
Historiador y periodista
ELECCIONES EN RENANIA DEL NORTE WESTFALIA

El SPD no frena su declive

Las elecciones municipales el pasado domingo en el estado federal más poblado de Alemania, Renania del Norte Westfalia, han confirmado el liderazgo de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el auge de los Verdes ecologistas. La socialdemocracia pierde credibilidad y votantes.

Desde 1949, Renania del Norte Westfalia, con sus 19 millones de habitantes y la Cuenca del Ruhr como centro industrial de la República federal, era el feudo del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Así como las minas de carbón y las grandes empresas siderúrgicas pasan a la historia –algunas se han convertido en museos–, la socialdemocracia parece abocada a ese mismo destino.

En los comicios municipales del domingo logró solo el 24% de los votos, 7 puntos menos que en 2014. Su copresidenta Saskia Esken considera el resultado «muy decepcionante», pero su copresidente Norbert Walter-Borjans lo ve como «un cambio de tendencia». Para sostener su interpretación compara los 24 puntos con los 19 que su partido obtuvo en las europeas de 2019.

Las declaraciones del dúo dirigente del SPD sirven para comprender hasta qué punto el aparato del partido se ha distanciado de la realidad política. En la calle, esa falta de altura de miras se ha hecho patente, por ejemplo en Colonia, donde el SPD ha empleado el mismo color de fondo en los carteles para promocionar a sus candidatos que la CDU.

A nivel regional, su debacle se explica por que su defensa del clima y del medio ambiente se convierte, por un lado, en una ofensa para los mineros y obreros del metal, que han sido el sostén histórico del SPD. Por otro lado, este copiado mensaje ecologista da alas al original, los Verdes. El partido ha subido 8 puntos, llegando ahora al 20%.

En grandes ciudades, como Colonia, es la primera fuerza política, una tendencia que se observa desde hace tiempo. A nivel del land, los Verdes es el partido más votado en el grupo de los jóvenes de 16 a 24 años, donde sacan el 33% frente al 22% de la CDU y el 16% del SPD. Así que su proyecto político parece tener futuro.

La CDU del ministro presidente Armin Laschet sigue siendo la primera fuerza política con el 34%, aunque ha perdido tres puntos. El jefe del Gobierno regional ve confirmada su gestión de la pandemia –y, de paso, su aspiración de ser el futuro presidente de partido y candidato a canciller aunque fuera de su estado federal no goza de las mismas simpatías–.

Aún así, la subida de la CDU y de los Verdes más la caída del SPD en estos comicios sí se corresponde con la tendencia a nivel nacional.

Con la vista puesta en las elecciones generales del 2021, el SPD aún está a tiempo de corregir su rumbo que, hoy por hoy, aumenta su crisis de credibilidad y con ella la certeza de otra debacle anunciada. La actuación de su dúo ejecutivo es un factor de riesgo, su candidato a canciller, el ministro de Hacienda y vicecanciller Olaf Scholz, otro. Las bases que auparon a Esken y Walter-Borjans a la Presidencia no entienden por qué los dos «izquierdistas» nombraron al «derechista» Scholz candidato a canciller después de haberle vencido en la consulta interna. Además, cuando tuvieron la opción de sacar al SPD de la Gran Coalición de la canciller, Angela Merkel, no dieron el paso, aunque las bases y los resultados electorales demuestran que este bipartito diezma al partido.

Al margen de estas incoherencias, Scholz se ha convertido en una bomba cuyo reloj está conectado a dos escándalos políticamente muy explosivos y difíciles de desactivar.

Hace poco se fue a la quiebra la empresa de servicios financieros Wirecard como consecuencia de graves manipulaciones de sus cuentas. Fallaron todos los sistemas de control, en primer lugar la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (BaFin), adscrita al Ministerio Federal de Hacienda cuyo titular es Scholz. La CDU tiene interés en poner el foco en el ministro para salvar a otras personas, entre ellos al extitular de Defensa, el socialcristiano Karl-Theodor zu Guttenberg, quien intervino en favor de Wirecard ante la Cancillería de Merkel. El Parlamento ha creado una comisión de investigación sobre el caso

El segundo escándalo que salpica a Scholz data de cuando era alcalde gobernador de Hamburgo. Durante su mandato, la agencia tributaria no reclamó unos 47 millones de euros al Warburg-Bank. Este banco privado se ha visto implicado en un complicado y turbio caso fiscal en el que varios entes bancarios ayudaron a sus clientes a reembolsar repetidas veces y de forma indebida el impuesto sobre la renta del capital. Altos cargos del SPD se juntaron con la dirección de la entidad. Scholz negó su presencia en aquellas reuniones hasta que varios medios probaron lo contrario.

Actuando de esta manera, Scholz no recuperará la credibilidad perdida entre el electorado del SPD, ni siquiera prometiendo que abrirá las arcas del Estado para paliar las consecuencias de la pandemia.

El otro candidato a presidente de la CDU, Friedrich Merz, le ataca ya diciendo que «echa la casa por la venta como si no hubiera un mañana». El SPD se encamina muy debilitado, internamente dividido y con un candidato tocado al año electoral de 2021.