Koldo Campos
Escritor
AZKEN PUNTUA

Amor en alpargatas

Y sí, se puede amar discretamente, sin mármol en las venas, sin arreglos florales, ni padrinos, ni alardes, sin testosteronas estridencias y lunas de papel, sin campanas al viento ni grandes titulares, sin cuentos de hadas, sin tanta pasarela, sin tanto escaparate...

Aunque el look en oferta que propone el amor para un otoño inglés de color y estampados se empeñe en negar las evidencias, la verdad es que también se puede amar sin hacer ruido, al paso y al detalle, a capela también, así como de lejos, a solas y a la sombra, como si amar no fuera una carrera o una cadena al cuello y una veintena de quilates de anillo con un nombre grabado, un viejo álbum de poses y sombreros, o los aniversarios que logren escapar indemnes al polvo o al incendio.

Lo cierto es que hay amores de rebajas, de parada de bus y fila de ambulatorio, que siguen respirando en el cajón de abajo del armario, detrás de la memoria, amores sexagenarios que suenan a tambor de lavadora, que con que solo timbre su nombre se emocionan, amores comunes, ordinarios, tan anodinos como pinzas en el tendedero sin ropa de un balcón, tan imaginarios como ciertos, y es que también se puede amar sin aspavientos, de puntillas, entre el duphalac de la mañana y el diazepam de la noche, amor de pensionista, amor en alpargatas.

(Preso politikoak aske)