Palestina recibió los acuerdos de Bahrein y Emiratos Árabes Unidos con Israel con el lanzamiento de dos cohetes desde Gaza, casi a la misma hora en que en la Casa Blanca el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y los ministros de Exteriores de los dos países árabes firmaban el martes el documento que los palestinos consideran una puñalada por la espalda.

Uno de los cohetes provocó algunos heridos leves en localidades israelíes. Ayer, antes del amanecer, se repitieron los lanzamientos con 13 proyectiles más de los que nueve fueron interceptados por el sistema antimisiles, según el Ejército israelí.

«Quieren impedir la paz, pero no lo conseguirán», aseguró Netanyahu, a su regreso de Washington, a la vez que reiteró sus amenazas sobre la población palestina.

«Atacaremos a todo el que intente perjudicarnos y tenderemos una mano de paz a todos quines tiendan la mano para hacer la paz», añadió.

La amenaza no tardó en cumplirse y aviones de combate y helicópteros israelíes atacaron Gaza. El Ejército israelí afirmó haber alcanzado una fábrica de armamento y explosivos, un complejo utilizado para lanzar cohetes y una infraestructura subterránea de Hamas.

A la vez, Hamas advirtió a Israel de que «la fuerza de ocupación pagará el precio de cualquier agresión» y prometió «aumentar su respuesta» en la medida en que el Estado israelí persista en su agresión.

También la Yihad Islámica indicó que los acuerdos «injustos» firmados por las dos monarquías árabes con Israel «impulsarán a las fuerzas de la resistencia a continuar con la yihad».

Sin embargo, más allá de recordar el rechazo a la firma de los acuerdos y a la traición árabe, los ataques no parecen dar pie a una nueva escalada. Hamas, con una Gaza golpeada especialmente por la pandemia, quiere concentrarse en la movilización popular y el acercamiento a otras facciones palestinas mientras el Estado sionista, que también hace frente a sus propias crisis internas y a un aumento de los contagios que han llevado a reconfinar a su población, no querrá empañar la «celebración» de lo que considera una firma histórica.

Irán acusa a Barhein y EAU

Además, con la mediación de Qatar, Hamas e Israel acaban de llegar a un acuerdo para poner fin a la última serie de ataques a la Franja y lanzamientos de globos incendiarios desde Gaza.

Ante el silencio de la Liga Árabe, los cohetes de Gaza y algunas manifestaciones en Cisjordania fueron las mayores expresiones de rechazo a los «Acuerdos de Abraham» con los que EEUU e Israel quieren modelar un «nuevo Oriente Medio» y reforzar su alianza contra Irán. Precisamente, fuera de Palestina, las únicas voces contra el pacto llegaron desde Teherán.

El presidente iraní, Hassan Rohani, acusó a Emiratos Arabes Unidos y Bahrein de ser «sirvientes de Estados Unidos».

«¿Dónde está vuestro arabismo? ¿Dónde están vuestras preocupaciones por los crímenes en Palestina y dónde vuestra compasión por los hermanos palestinos?», cuestionó Rohani.

Marokok eta Mauritaniak ez dute keinurik egin Israelekin harremanak normaltzeko bidean

Donald Trumpen arabera, badaude bost estatu inguru prest Bahrain eta Emirerri Arabiar Batuen urratsak jarraitzeko. Oman, Sudan, Maroko eta Mauritania izan daitezke, baina azken biek ez dute inolako keinurik egin. Marokoko nortasunean nabaria da judaismoren pisua eta munduko beste herrialdetan bizi diren judu marokoarrek eragin nabaria dute. Gainera, 1994 eta 2000 bitartean Israelekin «harreman bulegoak» izan ziren martxan Rabaten eta Jerusalemen, «enbaxada» hitza erabiltzea saihestu bazuten ere. Bigarren Intifadaren aurkako errepresioaren ondorioz, protesta moduan, bulego horien ibilbidea bertan behera geratu zen. Urtero normaltasunez iristen diren milaka turista juduak baino ezkutuago iristen dira Marokora Israelgo segurtasun enpresetako aholkulariak, bertako segurtasun indarrei laguntzeko. Hala ere, oraindik ere urrats arriskutsuegia izango litzateke Rabatentzat harremanak normaltzea.

Mauritaniak bai izan zituela harreman bete-beteak Israelekin 1999an, Muauiya uld Taya presidente zela. Iritzi publikoa, hori bai, guztiz aurka zen. Hamar urte geroago, estatu kolpea eman zuen Mohamed uld Abdel Azizek, eta, mundu arabiarrean legitimitatea bilatzeko asmoz, itxi egin zuen Israelgo enbaxada Gazaren aurkako eraso baten ostean. Mohamed uld Ghazouani presidenteak saiakera berri bat egin dezake orain, batez ere Emirerrietatik jasotzen duen laguntza ikusita. Baina oposizioko islamistekin harreman ona izan nahi badu, ez da une egokia.GARA