Maddi TXINTXURRETA
HENDAIA-IRUN

La V. Marcha Mundial de Mujeres en Euskal Herria inicia en la muga

El puente que une Hendaia e Irun luce una colorida red de pañuelos y telas reivindicativas que tejieron ayer varias mujeres en el acto inaugural de la V. Marcha Mundial de Mujeres. Fue el comienzo de un proceso que en los próximos meses pensará sobre las fronteras, las transnacionales y las políticas migratorias.

Alrededor de 200 mujeres acudieron ayer por la mañana al acto que inauguró la V. Marcha de Mujeres de Euskal Herria. Escogieron como lugar de arranque el histórico puente que une Hendaia e Irun, donde también se realizará el acto final de la marcha. Se trata de una elección premeditada, ya que, como explicaron, más que puntos de unión, estos pueden llegar a ser «muros». Más concretamente el puente entre Irun y Hendaia, «impuesto por las naciones-estado» y que divide Euskal Herria, al menos administrativamente. «¿Y qué hay detrás de todo esto? Políticas de migración racistas y coloniales», dijeron las organizadoras del acto.

Comienzo de un proceso

Al llegar al lugar, las mujeres, ataviadas con pañuelos reivindicativos –del significado que fuere–, se dividieron en dos grupos y aguardaron en cada lado de la muga hasta que, cuando sonaron la alboka y la txalaparta, se entremezclaron mientras la artista Argenis Mesa danzaba y colocaba en el centro tres pañuelos grandes con frases de denuncia. Más tarde, crearon una red con los pañuelos y las telas traídas por las participantes y la colgaron en el puente.

En esta ocasión, la marcha tiene como lema “¡Resistimos para vivir, marchamos para transformar!”, y la propuesta que se llevará a cabo en Euskal Herria será analizar los tres ejes mencionados –fronteras, transnacionales y políticas migratorias– pueblo a pueblo hasta el próximo 6 de marzo para poder crear posteriormente un diagnóstico en común.

Maddalen Irastorza, miembro del grupo feminista Su Txikian de Irun que participó en la organización del acto, subrayó que la muga no es igual para todo el mundo, pues mientras las personas «blancas» gozan generalmente del libre movimiento, las migradas son las que sufren las devoluciones en caliente y otro tipo de violencias. «Esto pasa en Irun» detalla, y es por ello que considera que es hora de afrontar este tema desde el feminismo de Irun.

«Para nosotras, este acto ha sido un empujón para seguir este camino. No es más que el principio de un largo proceso», remarcó Irastorza.