Al igual que otros sectores afectados económicamente por la pandemia, la industria cultural del cine se ha unido para redactar una carta dirigida al ministerio de cultura, para denunciar que las ayudas previstas de poco más de diez millones de euros son insuficientes y no se ajustan a la situación actual. No solo firman las empresas de exhibición, sino también las academias audiovisuales, los festivales y la mayoría de cineastas en activo. Es una importante masa social, incluyendo al público habitual y a la cinefilia en general, que no está dispuesta a dejar que las salas de cine cierren y se pierda una parte vital de nuestra cultura, de la que no podemos prescindir, como tampoco de los teatros o las librerías.

Mentiría si dijera que la unidad frente la amenaza común es total, porque siempre hay gente dispuesta a apostar por el cambio a cualquier precio, aunque se tengan que llevar por delante a sus colegas de profesión. Entre los firmantes no está Javier Fesser, que ha preferido estrenar su nueva película “Historias interminables” (2020) en la plataforma Amazon Prime antes que en los cines, dejando el lanzamiento en salas para la próxima primavera. Sabe muy bien que al alterar dicho orden de prioridad hiere de muerte al sector, y es además un desagradecido, ya que hizo mucho dinero con su anterior “Campeones” (2018) gracias a las exhibidoras que la mantuvieron en cartel.