Ion SALGADO
GASTEIZ
Interview
JOSEBA AZKARRAGA
PORTAVOZ DE SARE

«La ciudadanía percibe que es el momento de apretar, de romper el bloqueo»

Joseba Azkarraga (Agurain, 1950) responde a las preguntas de GARA con la vista puesta en las movilizaciones convocadas en 238 localidades de Euskal Herria; iniciativas solidarias que sustituyen a las marchas multitudinarias organizadas en Bilbo y Baiona.

La cita con Joseba Azkarraga es en una cafetería del centro de Gasteiz, que por desgracia está cerrada. Nos dirigimos a un bar cercano, no es posible hacer una entrevista en la calle cuanto el termómetro marca tres grados bajo cero. Aprovechamos el camino para sacar unas fotos y hablar sobre la situación de los represaliados vascos. Pone en valor el trabajo realizado por Sare, que se ha reunido con presos y presas y mantiene un canal de comunicación abierto con diferentes instituciones. Insiste en la necesidad de que el trabajo se realice con discreción, «no porque haya nada que ocultar, sino porque es la mejor forma de solucionar los problemas».

La primera pregunta es obligada, ¿cómo se ha planteado esta convocatoria?

La convocatoria se hace de manera descentralizada, de tal forma que en estos momentos hay 238 municipios en los que la gente se va a concentrar, y la previsión que tenemos es que la suma total, pueblo a pueblo, sea similar o incluso superior al número de personas que se concentra habitualmente en Bilbo. Tengo la impresión de que la ciudadanía vasca percibe que es el momento de apretar, de empujar para romper el bloqueo.

El primer objetivo marcado en la comparecencia de Baiona es la repatriación de los presos y el regreso de los exiliados...

Sobre todo es la resolución definitiva de esta situación. Por un lado la política de alejamiento se está desbloqueando, eso es un hecho y podríamos decir que estamos ante un nuevo tiempo. Espero que cuando decimos que se ve la luz al final del túnel no ocurra lo que decía el escultor Jorge Oteiza, que cuando alguien le decía eso el respondía ‘igual es un tren que viene de frente’. Nosotros creemos que no es un tren que viene de frente, sino que definitivamente el Estado se ha dado cuenta que no puede mantener por más tiempo una situación constante de vulneración de derechos de los presos y presas vascas. Por tanto, ese tema creemos que puede estar encarrilado, y si nos atenemos a los movimientos que está habiendo podríamos prever que de aquí a mayo o junio cárceles de Andalucía, Levante o Galicia, las más alejadas, queden vacías de presos y presas vascas.

Eso es lo importante, pero ahí no termina ese proceso porque el objetivo es que estén en Euskal Herria. Ese será un segundo paso, una segunda batalla que tenemos que dar hasta conseguir que donde estén ubicados sea o bien en las cárceles de Euskal Herria o en sus casas, que es donde muchos debieran estar si se les hubiera aplicado la legislación ordinaria.

Otro de los objetivos es avanzar en la progresión de grado, ya que la mitad de los presos vascos continúa en primer grado.

Es fundamental que se desbloquee también, porque supone el inicio del camino a casa de 107 presos en cárceles españolas. Está saliendo gente con condenadas de 30 años cumplidas en primer grado y eso no es normal. Por eso la progresión de grado es uno de los objetivos marcados para este ejercicio.

¿Qué pasos se pueden dar para lograr ese objetivo?

Hay que hacer ver en el ámbito político en Madrid, y en el ámbito de cada una de las cárceles, en las juntas de tratamiento, que no se puede hacer una revisión de grado mirando al pasado. Porque mientras sea así no vamos a desbloquear la situación.

Hay que mirar la evolución de los presos y presas en la cárcel, y que estamos ante presos y presas de una organización inexistente. No pueden seguir haciendo valoraciones como si esa organización estuviera en activo, y eso es algo que se está produciendo en muchas cárceles. Hay una situación de mantenimiento en primer grado por parte de las juntas de tratamiento que no es lógica, y hay que hacerles ver que es un error y una vulneración de derechos.

Hace un par de años el juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional José Luis de Castro dejó la progresión de grados en manos de las juntas.

Lo que nos trasladan desde Madrid es que sean los juzgados de vigilancia penitenciaria, en este caso el de la Audiencia Nacional, los que decidan sobre esto. Creo que lo dicen para evitar que la responsabilidad de que los traslados recaiga exclusivamente en el ámbito político. Pero hay que decir que la responsabilidad penal es de Instituciones Penitenciarias, y que hagan lo que hagan la derecha les va a zumbar siempre. Nosotros lo que estamos pidiendo es que cumplan su propia legislación penitenciaria. No pedimos privilegios.

La realidad evidencia el incumplimiento de la legislación en asuntos tan graves como la situación de los presos enfermos. Arizkuren sigue en prisión pese a sufrir un infarto, aunque al menos su traslado sí ha sido a Euskal Herria.

Yo estuve con él en la prisión de Murcia hace unas semanas, y todavía no sabía que le iban a trasladar a Iruñea en lugar de a Logroño como se había previsto inicialmente. Es uno de los pocos trasladado al lugar donde tiene el núcleo familiar. El resto está disperso, de Madrid hacia aquí, pero muy disperso. Y eso es una asignatura pendiente.

Se ha reunido con Arizkuren y con más presos, ¿qué opinión le trasladan?

Trabajamos para buscar el fin de la vulneración de derechos que sufren, y nos interesa conocer su opinión. En vez de hablar siempre de los presos, creemos que es importante hablar también con los presos. Hemos hablado con ellos y hemos recabado también su opinión sobre lo que estamos haciendo desde Sare, y he de decir que en general hay una situación de esperanza. Esperanza en que este es un proceso que no tiene por qué tener paradas ni marchas atrás, y que más pronto que tarde aquellos a los que todavía no se les ha movido de cárcel y continúan en el sur tienen que ser acercados. Han hecho una apuesta clara por la utilización de la legislación penitenciaria y lo que quieren es que se responda por parte del Estado, que no se rechacen constantemente ni la progresión de grado ni los premisos penitenciarios.

Sin embargo, esta semana se han repetido noticias propias de otros tiempos. La condena de Mikel Barrios, el aval a la extradición de Josu Urrutikoetxea, el juicio contra dos jóvenes en la Audiencia Nacional...

Nosotros valoramos de forma positiva los pasos que se están dando desde el ámbito penitenciario, los movimientos, pero también realizamos una valoración negativa sobre la postura que mantiene un sector de la judicatura, ubicado en la derecha extrema, que no quiere entender que la situación de hoy nada tiene que ver con la situación del año 2008 o 2009. ETA ya ha dado los pasos que tenía que dar, ya ha desaparecido, y, por tanto, no se puede seguir actuando desde el ámbito de la Justicia como si estuvieran ante una organización que está en activo, porque no es cierto. Al final da la impresión que algunos echan de menos la propia existencia de ETA y que han utilizado a ETA como un arma arrojadiza contra el contrario.

¿Considera que el Gobierno español no da más pasos por miedo a la derecha?

Creo que el Gobierno español, pese a tener una mayoría política en el Congreso que yo creo que está de acuerdo con este tipo de movimientos, tiene mucho miedo a la crítica de la derecha. Y hay que decirle que tiene una mayoría parlamentaria que le puede respaldar y le puede ayudar para dar pasos en positivo. Hay una mayoría política consolidada, una unidad sindical y una gran parte de la sociedad vasca que se lo está exigiendo. Que dejen de mirar a la derecha y que miren mucho más a los que les apoyan.