El Ibex volvía ayer a dar marcha atrás en su intento de acercarse a los máximos anuales del 15 de marzo, cuando llegaba a los 8.740 puntos, terminando la semana por debajo de los 8.600 puntos. El lunes saldrá con 8.565,80 puntos, tras restar un 0,83%, por lo que cede un 0,14% en la semana y recorta hasta el 6,10% la subida en el año.

Los inversores están atenazados por los datos alarmantes de la pandemia y los cambios de criterio de las autoridades sanitarias y políticas a la hora de llevar adelante los programas de vacunación. En este contexto, los apuntes de una mejoría de la actividad económica en Europa, pero especialmente en EEUU, han sido un bálsamo para los mercados. Los mensajes positivos lanzados desde la Fed y el BCE, que han reiterado en las últimas semanas su decisión de alargar las políticas acomodaticias el tiempo necesario para facilitar el despegue económico, se han convertido también en otro apoyo fundamental para sostener las compras.

Los índices europeos tuvieron cierres mixtos. Mientras París (+0,06%) y Fráncfort (+0,21%) pudieron evitar las pérdidas, Milán (-0,60%) y Londres (-0,38%) pasaron toda la jornada en rojo. En Nueva York, se mantiene la carrera de relevos en la consecución de máximos históricos. Ayer, el Dow Jones y el S&P 500 establecían sus nuevos techos históricos por encima de los 33.650 puntos y los 4.107 puntos, respectivamente, en las primeras horas de negociación.

En el Ibex, tan solo cinco valores, encabezados por Acerinox (+1,15%) y Fluidra (+0,60%), lograron subidas. En el otro extremo, los más penalizados eran Solaria, PharmaMar y Cie Automotive, con cesiones superiores al 3%. Entre los grandes, BBVA (-2,37%) y Repsol (-0,71%) sufrieron las mayores caídas.