Hoy es el último día de un verano que ha estado completamente condicionado por una ola de contagios que llegó de improviso a finales de junio y que ha dejado las mayores cifras de positivos desde la primera oleada.

Solo las vacunas, cuya efectividad ha quedado afortunadamente testada, han evitado que los casos, multiplicados por la variante Delta, hayan provocado un número mucho mayor de hospitalizados y fallecidos. Y aun así han sido muchos, pues en estos meses se han producido unas trescientas víctimas mortales en Hego Euskal Herria.

Ha sido por tanto un verano duro. Sin embargo, se despide mostrando una cara diametralmente opuesta, la de un virus en remisión que permite albergar la esperanza de que este otoño sea mejor que el pasado. Esto hay que decirlo con mucha cautela, pues la pandemia ha dado sobradas muestras de su imprevisibilidad, pero los 79 casos notificados ayer suponen la cifra más baja en catorce meses, desde mediados de julio de 2020.

Desde que en agosto del año pasado los contagios empezaron a repuntar, encadenando luego sucesivas ondas pandémicas –las ha habido en otoño, invierno, primavera y verano– nunca se había bajado del centenar de casos detectados, un límite que ha quedado rebasado por los datos aportados ayer por Lakua e Iruñea. Además, la tasa de positividad también es muy baja, el 1,61% de los 4.882 test ha dado positivo, de modo que el impacto del factor fin de semana no parece tan importante.

En este contexto general, con la incidencia acumulada cerca de la que había antes de la última ola, hay algunos datos llamativos, como que en Bilbo y Donostia solo se detectaron tres y cuatro casos, respectivamente, siendo Gasteiz, con ocho, el municipio con mayor número de positivos en el informe de Osakidetza. Los diez detectados en Nafarroa también son un hito.

Que estos datos se estén dando con medidas menos estrictas que otras veces, y que el 77,37% de la población ya esté vacunada, son elementos que también invitan al optimismo, aunque la presión asistencial, con nueve pacientes más que la víspera, seis más en la UCI, recuerda que aún queda camino por recorrer.

 

Empieza la inoculación de dosis adicionales en las residencias

Osakidetza empezó ayer el proceso de administración de la tercera dosis de la vacuna entre usuarios de residencias de personas mayores y de personas con discapacidad. El colectivo diana a vacunar, según informó el Departamento de Salud, es de 23.000 personas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. En este herrialde, 132 residentes del centro Caser Residencial Anaka de Irun fueron los primeros en recibirla.

Por su parte, el Gobierno de Iruñea indicó que será hoy cuando comience el proceso de administración a estas personas, que presentan un perfil determinado de fragilidad, pluripatología y de vivir en entornos cerrados y para las que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha considerado pertinente una dosis extra.

En Nafarroa el proceso se iniciará en Lesaka, en la residencia Andra Mari, y en Bera, en la residencia San José.

El Ejecutivo informó de que también está en marcha la dosis adicional para el resto de las personas que formaban parte del grupo 7 de la estrategia de vacunación (personas con condiciones de muy alto riesgo) y personas con ciertos tratamientos inmunosupresores. Se trata, en concreto, de unas 2.000 personas pertenecientes a los grupos en riesgo de inmunosupresión (receptores de trasplante de progenitores hematopoyéticos y las personas en tratamiento con fármacos anti-CD20). Osakidetza inició la semana pasada la vacunación con tercera dosis a personas en situación grave de inmunosupresión.I.B.